Capítulo 51: Ignis

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Ciudad Olivine, 8:42 P.M

Murmullos, musica alta, un gran número de ebrios y alegres marineros, humo y colillas de cigarrillos, exageradas carcajadas por doquier y un constante olor a cerveza y comida barata. Todas esas eran las constantes e inequívocas características de los muchos bares y tabernas que poblaban gran parte de la zona este de Ciudad Olivine, lugar en dónde estaban ubicados varios puertos, muelles y astilleros, posterior a la llegada de algún buque, ya sea de tipo comercial, de turismo o pesquero.

Para los muchos marineros de todas partes del mundo, el ir a un bar a tomar algo inmediatamente luego de desembarcar en Olivine era una especie de tradición o código no escrito en donde celebraban un día más de vida después de su travesía por el mar. Desde famosos capitanes de cruceros internacionales repletos de turistas, hasta los humildes marineros de pequeñas embarcaciones locales. Todos ellos por igual cumplian al pie de la letra esta estricta práctica, cosa que provocó, con el pasar del tiempo, una amplia proliferación de este tipo de establecimientos para satisfacer la elevada demanda en la zona. De manera curiosa y segun la tradicion, todo aquel que no cumpliera aquella regla, llevaría consigo mala suerte, peste y desgracia la próxima vez que se volviera a subir en una embarcación. El lema de los marineros de Olivine era: "Más vale prevenir que lamentar".

Desde dentro de uno de los más concurridos y animados bares en la zona este de la ciudad, se encontraba sentado en completo silencio, y frente a la barra principal del lugar, un sujeto a mediados de sus veintitantos. El, era de contextura ligeramente atlética, cabellera de color azul verdoso, que cubría con una curiosa boina de color negro, y quien estaba vestido de manera casual, con un sweater de color rojo con el logo de una famosa gaseosa, unas bermudas negras y unas sandalias.

-¿En dónde rayos se supone está ese idiota?- Se preguntaba el sujeto en cuestión, mientras que sentía vívidamente cómo un ardiente sentimiento de frustración empezaba a apoderarse de su cuerpo. Inmediatamente luego de esto, el de la boina le dio un tímido sorbo a su segundo trago de ron de la noche, a la vez que ahora miraba con cautela de un lado al otro en busca de alguna cara conocida dentro del mar de ebrios y exultantes marineros. -Demonios... ¿En serio el me dejara plantado? Hace más de media hora que él debería de haber llegado. Ughh, a Archer no le gustara para nada esto. ¿Qué mierda se supone le dire?-

Un turbulento océano de dudas súbitamente empezó a manifestarse en la atareada mente de Protón, justo cuando esté volvía a darle otro sorbo a su trago. Todo esto, mientras que varios marineros, quienes también estaban sentados frente a la barra junto a él, repentinamente decidieron que era hora de marcharse, ya que, segun habia escuchado, mañana por la mañana abría un pequeño torneo en la Battle Frontier para conmemorar sus primeros seis meses de apertura, y varios de ellos deseaban asistir para ver al menos un par de batallas antes de tener que volver a zarpar por la tarde.

Proton estaba ahora ante una dura y molesta encrucijada. El, sin lugar a dudas, deseaba cumplir la importante misión que le había encomendado Archer, la cual era encontrarse con un viejo colaborador del Equipo Rocket para que esté le entregará al elusivo y raro pokémon, oriundo de Sinnoh, conocido cómo Rotom. Pero, el inesperado retraso de este personaje era algo con lo que él no contaba en lo más mínimo. Su paciencia se agotaba a pasos agigantados.

Rápidamente y muy al estilo de un juego de rol, el de la boina empezó a barajar una a una las opciones que tenía a su disposición, al mismo tiempo en que esté revolvía, involuntariamente, lo que restaba de su bebida. Pero justo antes de que esté pudiera decidir el mejor curso para sus acciones, un fornido, barbudo, alto y rubio sujeto, aparentemente un par de años mayor que Protón, y quien tenía una maltratada mochila en su espalda y estaba vestido igual de casual que el del Equipo Rocket, se sentó directamente en la butaca vacía a un lado de este. Acto seguido, el sujeto pidió un trago doble de whisky, y después de que la camarera se los sirviera, esté se bebió por completo el contenido de su trago de un exagerado sorbo.

Johto: Gold, Silver y CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora