Capítulo 26: Promesas

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Siete (7) meses antes, Bosque Eterna, Región Sinnoh.


Una infinidad de frenéticas gotas de lluvia azotaban con intensidad el viejo, mohoso y desgastado techo de una abandonada mansión en las profundidades del inmenso bosque ubicado al oeste de Ciudad Eterna, en la lejana y mítica región de Sinnoh.

Según las leyendas urbanas que se contaban por ese sector, se decía que a orillas del espeso y frondoso bosque se encontraba una vieja mansión abandonada, misma que alguna vez fue propiedad de una muy acaudalada familia que súbitamente cayó en desgracia, y en dónde actualmente ocurren sucesos inexplicables.

Curiosamente, debido a estas leyendas, los lugareños siempre qué pudiesen evitaban a toda costa acercarse demasiado en ese sector específico del bosque por miedo a las terribles cosas qué llegaban a suceder en sus alrededores, sumado también en gran medida a la enorme cantidad de pokémon de tipo fantasma qué merodeaban en las cercanías de la mansión.

-Vaya, con qué finalmente despiertas.- Comentó Lucía con una sonrisa de alivio dibujada en su rostro, mientras que lentamente ella se acercaba a Silver al verlo abrir con torpeza sus ojos. -Tienes mucha suerte de estar vivo.-

Inmediatamente luego de abrir sus agotados ojos, Silver noto que él yacía acostado sobre un colchón algo roto y polvoriento encima de una cama de madera. A su lado estaba colocada Lucía junto a su fiel Sneasel, ambos arrodillados a orillas de la cama y con rostros llenos de preocupación, mientras qué directamente a su derecha había una ventana mugrienta y rota con una vista panorámica a un vistoso bosque lleno de verde vegetación.

-¿E-En dónde rayos estamos?- Cuestiono débilmente Silver al no reconocer del todo la amplia y anticuada habitación en dónde estaban, antes de intentar inútilmente incorporarse de la cama tras observar una estantería de madera repleta de libros a espaldas de Lucía y Sneasel. -Uhh...-

-Oye... O-Oye, quieto.- Ordenó la chica con ferocidad, justo antes de forzar a Silver a acostarse de nuevo sobre la cama. -No puedes levantarte de ese modo luego de haber recibido semejante ataque. Tu herida bien puede volver a abrirse sí no tienes el debido cuidado.-

El pelirrojo pestañeó repetidas veces con extrañeza, dando a entender de inmediato qué él no sabía a lo qué se refería su compañera. -¿M-Mi herida?- Comentó Silver en un confuso tono, pero sin despegar por un solo momento sus ojos del rostro de Lucía. -¿D-De qué estás-... ¡ARGHHHH-...

Milésimas de segundo después de lo dicho por Lucía, Silver sintió un punzante, tibio y agonizante sentimiento de dolor proveniente del costado derecho de su abdomen. El mismo era comparable a cómo sí le hubiesen colocado un pedazo de metal ardiendo dentro de sus entrañas.

-UGHHHH... ¿¡P-PERO QUE RAYOS!?-

El dolor que estaba experimentando Silver en el área de su abdomen era tan increíblemente intenso, mareante y desorientador, que el pelirrojo no tenía idea de cómo no lo había sentido hasta ese preciso momento.

-Por eso te dije que te quedaras quieto.- Señala la de oscura cabellera, posterior a fruncir el ceño y negar enérgicamente con la cabeza. -Si te sigues moviendo de esa forma, tu herida se volverá a abrir y te tendré que cocer de nuevo.-

-¿Q-Qué fue lo que me sucedió?- Pregunta Silver con desesperación, luego de notar cómo su uniforme del Equipo Rocket estaba violentamente rasgado y manchado de sangre por doquier. En esté mismo sentido, el pelirrojo observó con miedo su costado derecho y pudo apreciar en primera fila cómo ahora tenía una profunda herida cómo de un arañazo, misma qué aparentemente estaba parcialmente cocida para así ayudar a la cicatrización. -¿C-Cómo terminamos aquí?-

Johto: Gold, Silver y CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora