Una infinita cortina de oscuridad cubría el estrellado cielo, aunado a una perfecta y casi antinatural calma. La luna había desaparecido y un enervante silencio imperaba por doquier. Inclusive, conceptos tan básicos cómo el tiempo, espacio o el bien y el mal parecían ahora ser tristes y efímeros recuerdos de pasajeras y complicadas épocas pasadas.
De manera lenta, poco agraciada y torpe, Gold Ethan Tsubasa Shinoda, el talentoso entrenador de New Bark, se levantó con desconcierto, desesperación y temor del frío y opaco césped sin vida, en la que parecía ser la desolada base de una oscura montaña de infinita oscuridad y nieve. Frente a él habían dos resplandecientes caminos, mismos que se extendían por varios metros hasta perderse aún más en las tinieblas. El primero estaba hecho de sólido cristal, mientras que el otro estaba hecho de cemento, recubierto de un sin número de brillantes pétalos con tonalidades azules, verdes y doradas. -¿Cómo rayos llegue hasta aquí?- Se preguntó tímidamente Gold, quien miraba de un lugar a otro con nerviosismo y miedo, a la vez que se aseguraba de estar físicamente sano y sin heridas. -¿Qué mierda está suced-...
-¡Ya llegó la hora, Gold Tsubasa!- Se escuchó decir a alguien entre las escabrosas sombras, de manera firme, repentina y con suma autoridad. -¡Finalmente llegó la hora de la verdad!-
Cómo por acto reflejo, Gold dio un par de pasos hacia atrás de manera preventiva, sin siquiera notarlo, y luego descubrió, muy para su malestar, que sus pokebolas no estaban consigo en sus bolsillos. De un momento a otro, el temor se apoderó de todo su entumecido ser. Gold no sabía en dónde se encontraba y mucho menos sabía dónde estaban sus tan preciados pokémon. Sus memorias eran confusas y su cabeza le palpitaba hasta el punto de empezar a darle una ligera jaqueca.
-¿Quién anda ahí?- Preguntó rápidamente Gold, al tragar saliva, y sabiendo muy bien qué aquella tétrica situación estaba muy fuera de su control. Pero, sorpresivamente, no hubo respuesta alguna. Ahora, un áspero, molesto y desalentador sentimiento de desorientación y ansiedad se incrusto impunemente dentro de su alma. Varios segundos pasaron, los cuales para Gold parecieron ser el equivalente a una eternidad, en poco menos de un simple abrir y cerrar de ojos. Todo esto, mientras un gélido viento empezaba a soplar con fuerza por todo el lugar hasta el punto que Gold pudo notar su propio aliento frente a él.
-Ya llegó el momento de qué te decidas de una vez y por todas, niño.- Volvió a exclamar poderosamente la misteriosa voz, desde entre las sombras, ahora aparentemente en medio de ambos caminos. Sin embargo, y por alguna razón que no podía deducir o poner en palabras, Gold sintió nostalgia y también un extraño sentimiento de familiaridad con aquella voz. Era cómo si él inconscientemente supiera de quién se trataba. Aún más dudas y preguntas empezaron a inundar su mente. La ansiedad carcomía su interior.
-¿A qué te refieres exactamente con eso?- Preguntó reaciamente el joven entrenador, justo antes de volver a tragar algo de saliva, pero no sin antes sentir escalofríos por todo su cuerpo. -N-no entiendo qué es lo que me quieres decir con-...
En un rápido e inexplicable giro de eventos, un largo y fino hilo rojo se materializó alrededor del dedo meñique de la mano derecha de Gold. El mismo se extendía y partía perfectamente en dos. Uno seguía el camino de cristal hasta perderse dentro de la oscuridad, mientras el otro lo llevaba dentro del camino con pétalos hasta también perderse de vista.
Miedo, frustración, nerviosismo, malestar, incertidumbre, mucha ansiedad reprimida y, paradójicamente, también un cálido sentimiento dentro de su acelerado corazón. Todas estas eran las emociones que Gold sentía fluir muy dentro de su ser, cómo una salvaje cascada en medio de una violenta tormenta. Ante esta compleja mezcla, Gold frunció su ceño y luego, efímeramente, apretó sus resecos labios, mientras que un par de tristes lágrimas empezaban a recorrer sus frías mejillas -¿¡Porque ahora!?- Gritó agresivamente el de dorados ojos, sabiendo ahora perfectamente a lo que se estaba refiriendo la misteriosa voz. -¿Qué mierda quieres de mí? ¿Por qué demonios quieres que elija entre alguna de ellas? ¿Por qué tengo que hacerlo ahora? Y-yo no-...
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Johto: Gold, Silver y Crystal
Fanfiction(GoldXCrystal) (GoldxOriginalCharacter). Gold Ethan Tsubasa es un apático, solitario y talentoso prospecto a entrenador quien decide retomar su sueño luego de conocer a Red Tajiri en la liga pokemon. Ahora, Gold emprenderá un largo viaje por todo J...