Capítulo 39: Confesiones Silenciosas

300 19 18
                                    

Cabaña para Visitantes, Pueblo de los Monjes, 8:23 P.M


-¿Estás segura de que esto funcionara?- Pregunta el de New Bark con algo de escepticismo y al inconscientemente levantar una de sus cejas. -¿No tendrá algún raro efecto secundario?-

-Estoy bastante segura de que funcionara.- Aseguró Crystal sin titubear. -La mayor parte de los ingredientes son naturales.-

-N-no estoy tan seguro de esto, Crys. Yo creo que mejor-...

-¡Quítate el suéter!- Ordenó súbita y sorpresivamente Crystal, en un claro y avergonzado tono de voz. -P-por favor.-

-¿Ehhhhh?-

-N-n-no me h-hagas volver a repetirlo.- Indicó Crystal ahora con voz temblorosa y también evitando mirar a Gold a su rostro. -Y-ya de por sí esto es muy vergonzoso de pedir.-

-P-pero... y-yo... ehhh... ¿E-estás segura de querer hacer esto, Crys?-

-S-solo hazlo de una vez antes de que me arrepienta.- Ordena con el rostro enrojecido Crystal, mientras abría el pequeño envase de vidrio y untaba varios de sus dedos en la pomada. -N-no tenemos toda la noche.-

Gold trago saliva pesadamente y era más que obvio que el estaba con muchas dudas sobre toda la situación. Sin embargo y después de un par de incómodos segundos, el de New Bark tímida y torpemente se retiró su camisa, para de esta manera dejar expuesto, ante los ojos de Crystal, su amoratado abdomen.

Instantáneamente y como si se tratara de un acto reflejo, tanto el corazón como también la respiración de la joven aspirante a profesora pokémon se aceleraron drásticamente al ver a Gold de tal forma. Esta, sin lugar a dudas, no era la primera vez que Crystal apreciaba a Gold así. Pero sí era la primera vez en las que lo podia apreciar de tan cerca.

-E-estoy listo.- Informa Gold al soltar un exagerado suspiro, a la vez que esté colocaba su suéter en la mesa a un lado de la cama. -¿Y ahora que se supone que haga?-

-¿C-como que ahora que se supone que hagas?- Repite con molestia e indignación Crystal. -P-pues obviamente acomodate y quédate quieto para que pueda empezar a colocar la pomada.-

-D-de acuerdo...-

-Ahh... Una cosa más antes de que empiece...-

-¿S-si?-

-¿P-podrías por favor... cerrar tus ojos?-

-¿Cerrar mis ojos?- Repite Gold mirando un tanto confundido a Crystal. -¿Acaso hice o dije algo que te molesto?-

-No es eso, Gold... es solo que...-

-¿Es solo que?-

-N-no me sentiría del todo cómoda si me miraras mientras hago esto.-

-Ohh... Claro. Comprendo.- Indicó Gold al acomodarse boca arriba sobre la cama. Pero no sin antes cerrar sus ojos y colocar una burlesca sonrisa. -Hehe, desde este momento soy todo tuyo, Crys.-

-¿Ehhhhhhh?-

-Hahahaha, así como escuchaste. Yo soy todo... ughhh-...

Antes de que Gold pudiera terminar lo que estaba diciendo, Crystal con mucha más fuerza que delicadeza, colocó la espesa y fría pomada que tenía en sus dedos sobre el abdomen de su compañero. Lo que provocó en él uno que otro alarido de dolor.

-Woaaaa... Ugghhrr... Está fría esa c-cosa.-

-¿Qué esperabas?- Pregunta Crystal un poco exasperada y empezando finalmente a frotar con más delicadeza el abdomen de Gold con sus dedos.

Johto: Gold, Silver y CrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora