¿Reconciliación?

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Sola, sola en una triste y fría mañana de invierno. ¿Tal vez me lo busqué? No lo sé, quizás de cierto modo.

Me siento más sola que nunca y este ambiente gris no ayuda en nada.

Hoy es el último ensayo de La Cenicienta antes del día del estreno, si soy sincera preferiría no asistir, no creo poder fingir una sonrisa, no soy tan buena actriz. Pero aquí estoy, de pie justo frente a la puerta del auditorio, debatiendo internamente si entrar o no.

Supongo que no puedo dejar de lado las responsabilidades que asumí. Respiré hondo e ingresé decidida. Esa determinación se desvaneció casi por completo en cuanto puse en un pie dentro del cálido establecimiento.

Me quedé casi congelada mirado el panorama, al haber llegado tarde, los demás ya se encontraban en el lugar ocupándose de sus cosas y últimos detalles.

Comencé a avanzar lentamente por el pasillo que se formaba entre los dos bloques de asientos. El piso de madera rechinaba un poco con cada paso, pero el constante murmullo de las personas allí dentro, lo hacía casi imperceptible.

A mitad del camino me tope, inevitablemente, con dos de las razones por lo cual me sentía tan mal. MoonBin y Rocky se veían muy guapos en sus trajes de nobles para la obra, estaban junto a otro chico y tres chicas. Practicaban al parecer un baile en parejas para alguna parte de la obra. Al verme acercar se detuvieron. Todos voltearon a verme. ¿Por qué no podían simplemente ignorarme?

-H-hola... -Saludé haciendo una pequeña reverencia puesto que entre ellos habían algunos que eran mayores. Todos respondieron respetuosamente con otra reverencia e hicieron un lugar para que pudiera pasar.

Solo unos pasos bastaban para dejar atrás esa tormenta de emociones, pero el tiempo parecía jugarme una broma haciendo que todo transcurriera en cámara lenta.

Levanté un poco la mirada para encontrarme aunque sea un momento con esos seres tan importante para mí. Quería hablarles, decirles lo que sea, abrazarlos, llorar, lo que fuera con tal de poder volver a estar junto a ellos como antes. Mordí el interior de mi labio con fuerza al verme incapaz de hacer cualquiera de esas cosas. Vi a MoonBin moverse a penas como si tuviera la intención de decir algo, por un momento mis emociones se dispararon y mi corazón latió rápidamente ante la esperanza de oírlo hablar. Pero solo me quedé con las ganas ya que, con una mirada un poco decaída, pareció retractarse enseguida.

Estoy un poco decepcionada y triste, pensé que este sería el momento perfecto para que nos volviéramos a hablar, pero MoonBin no dijo nada y yo no me siento capaz de dar el primer paso.

Desvié la mirada hacia el escenario y seguí avanzando.

-¡Hola ___ shii! –La amistosa sonrisa de Seung Jun me distrajo un poco del oscuro túnel por donde venía caminado.

-Hola. –Saludé sin ganas sentándome en el borde del escenario.

-Oye, llegas tarde. –Dijo agachándose a mi lado. –El profe estaba histérico porque no llegabas nunca.

-Lo siento. –me disculpé un poco avergonzada por causar problemas.

-No te preocupes, al menos... -Seung Jun continuó hablándome pero toda mi atención se fijó en algo más.

Ahí en primera fila, aunque en la butaca más alejada, estaba SanHa. Tenía sus largas piernas sobre el asiento mientras se abrazaba a ellas.

Lo vi estremecerse cuando su mirada se encontró con la mía. Sus ojos se tornaron tristes y desvió la vista hacia sus rodillas. Mi pequeño gigante, no verte sonriendo y saltando como siempre es la sensación más fea del mundo.

Mis Dulces y Tiernos Dongsaengs - ASTRO Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora