Capitulo 8

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- Hanabi -hablaba una chica- ¿Podemos hablar?

- Tengo prisa, será en otra ocasión -dijo secamente.

- Pero de verdad que es urgente.

- ¿Es sobre nuestro padre?

- No... Es sobre nosotras.

- No tengo tiempo para boberías.

- Hanabi, tenemos que arreglar nuestra relación. Por eso padre decidió que estudiáramos en el misma colegio.

- Que tonta. Papa decidió eso para que me vigilaras.

- Hanabi, eso no es cierto. Yo te cuido porque te quiero e importas muchas.

- Dile eso a alguien que te crea. Adios. -se despidió la chica.

- Hanabi... -gritaba la chica- ¡Hanabi!

Cuando la peliazul perdió de vista a su hermana menor, esta comenzó a llorar, no sabia como recuperar el vinculo que tenían antes del incidente.

De lejos miraba un chico rubio, le daba pena lo que ocurría con la chica, aunque no entendía bien la situación de la chica quería ayudarla.

El chico decidió acercase a la chica y cuando ya estaba cerca de ella decidió hablar.

- ¿Te encuentras bien?

La chica se sorprendió y dio un pequeño salto al escuchar la voz. Voltio para poder ver al dueño de la voz y volvió a sorprenderse cuando vio al chico rubio extendiéndole un pañuelo. Ella tímidamente lo tomo y comenzó a secar sus lagrimas.

- Gracias -agradeció la chica.

- No te preocupes, ¿todo bien?

- Si, si... yo... estoy bien -dijo la chica regalando una falsa sonrisa.

- Tranquila, puedes contar conmigo, no le diré a nadie. -dijo con una sonrisa el rubio.

- Yo... yo...

La chica había comenzado nuevamente a llorar y el chico la acerco un poco a el, dándole un abrazo lejano. La chica siguió llorando hasta que pudo tranquilizarse un poco.

- ¿Te sientes ya mejor?

- Si, muchas gracias... -dijo la chica ya tranquila.

- Veo que las cosas no van bien con Hanabi, puedo preguntar ¿porque?

- Son problemas entre nosotras, ella no confía en mi, piensa que la voy a traicionar.

- Ya veo.

-Si.

- Supongo que ella no ve el esfuerzo que estas poniendo, pero, estoy seguro de que ella desea confiar en ti.

- ¿Lo crees?

- Si, pero ella esta comenzando a vivir la época de rebeldía. Por eso le cuesta confiar en alguien que quizá causo un afecto negativo en ella, no quiere ser lastimada.

La chica se quedo mirando perpleja al rubio, en verdad que el era maduro y tenia razón en las palabras que le menciono. Ese chico de verdad hizo que quedara admirada, ni siquiera Sasuke le habría dado mejores palabras que este chico.

- En verdad... Muchas gracias, Naruto-kun -sonrió la chica.

El chico al ver esa sonrisa tan hermosa se sonrojo.

- Debo irme -dijo el chico.

- Esta bien, una vez mas te lo agradezco, Naruto-kun -volvió a agradecer la chica.

El chico solo se retiro aun mas sonrojado y se despidió con la mano. La chica una vez mas lo había cautivado y volvía a inundar su pensamiento. ¿Acaso en verdad... estaban naciendo sentimientos hacia ella?

En otro sitio...

- Matsuri, ¿podemos hablar?

- Esta bien - dijo la chica- ¿Qué ocurre Gaara?

- A las 11:45 el día de la fiesta, nos vemos en el lugar de siempre.

- Gaara... ¿Por qué no terminamos con esto?

- ¿De que hablas? -pregunto incrédulo el chico.

- Tu sabes de que hablo. Ser amigos con derechos no creo que deba hacerse muy diariamente... Es decir, tenemos que darnos un lapso de tiempo, por así decirlo.

- Sigo sin entender a que te refieres.

- Gaara, quiero un novio. Por eso quiero distancia entre los dos, para buscar a alguien y tu sabes iniciar algo serio.

- ¿Hablas en serio? -miro a la chica- No me hagas reír, a ti te encanta este juego.

- Pues así era, pero, quiero buscar a alguien que no solo me ofrezca caricias o sexo. Quiero a alguien que comparta conmigo mas cosas que solo un placer común -hablaba la chica.

- Entonces seamos novios, si quieres podemos compartir mas cosas y a la vez... tu sabes -sonrió landino.

La chica rio.

-No hablas en serio. ¿Novios? ¿Tu y yo? Gaara, eso jamás pasara.

- ¿Por que no? -pregunto el chico.

- No funcionamos para otra cosa que no sea sexo.

- ¿Estas segura? -volvió a preguntar- Olvidas que soy el único que conoce esta faceta tuya, ni siquiera tus amigas lo saben. Soy el único que sabe tus penas y te consuela. Mi querida Matsuri, tu también eres la única que me conoce de esta forma.

- Precisamente porque conocemos nuestro lado oscuro no debemos estar juntos.

- Esta bien -rio- Vuelve cuando te des cuenta de la realidad.

- Te aseguro que no volveré -dijo la chica.

- Eso ya lo veremos.

Y así el pelirrojo se fue caminando, mientras la chica caminaba a dirección opuesta a este.

En el patio...

-Sakura, ¿te agrada el colegio?

- Si, bueno, trató de acostumbrarme -decía la chica observándolo- ¿a ti te gusta?

- En lo que cabe. No me gusta vivir aquí, me gustaría estar con mis padres... -dijo melancólico.

- ¿Hace cuánto entraste a este colegio? -preguntó curiosa la pelirosa.

- Desde los 8 años -contestó el pelinegro.

- Si te hace sentir mejor yo toda mi vida estudie en casa, tampoco es que viera mucho a mis padres, de hecho pasaba el mayor tiempo con mis institutrices. Mis padres decidieron que entrara a esta carcel, al inicio me negué totalmente porque sabía sobre este colegio y ahora... me alegra haber entrado -suspiro- Mi mejor amigo está aquí, comencé a hacer amigas y te conocí a ti.

- Ahora el colegio también me gusta más, gracias Sakura -sonrió el chico.

Ambos se miraron y a la vez se sonrojaron, pero, aún así, no apartaban sus miradas el uno al otro.

Sakura se preguntaba qué era ese sensación que sentía al estar con el chico. Definitivamente le gustaba pasar tiempo con él, era agradable hacerlo, pero, era diferente a lo que sentía cuando pasaba tiempo con su amigo rubio o las chicas. Este chico la llenaba cálidamente. A pesar de que hacía pocas semanas que lo había conocido, el ya era alguien para ella.

En cuanto a Sai, el chico sabía perfectamente que le gustaba la chica. Desde la primera vez que llamo su atención. Le gustaba mucho, su madurez, sencillez, alteración, enojo, su miraba melancólica, su sonrisa, TODO.

Era la primera vez para ambos gustar de alguien.

Konoha High SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora