→ Doce

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Mikaela!"; chilló Scarlett para comunicarse con el rubio, tan pronto como Shinya-sama le hubiese explicado lo que debía hacer.

No grites, por favor, me dejarás sordo —espetó él en voz baja, en el idioma de los ángeles.

"Lo lamento, pero debes venir al cielo en dos horas"; informó ella calmándose un poco.

El ángel suspiró con resignación, confirmándole su asistencia obligatoria y observando a Yuu, que aún trataba de resolver la ecuación.

¡Listo! festejó—. Revísala, Mika —le pidió mientras se estiraba sin levantarse de su silla.

El querubín se acercó y empezó a leer la ecuación, revisándola y sorprendiéndose con el resultado.

Está correcta, Yuu-chanle sonrió—. Ven.

Mika se alejó nuevamente hacia la ventana, donde había algo más de espacio para estar de pie, y el azabache se acercó un poco, sintiendo las manos del rubio situarse sobre su cintura; iba a decir algo, pero descubrió que la intención del mayor era flotar con él, cosa que le asustó y terminó por aferrarse al cuello ajeno.

¡¿Qué demon...?!

No tuvo oportunidad de finalizar su grosería, pues los labios del rubio lo callaron.

[...]

Lacus, te explicaré —murmuró Rene en voz baja una vez se había separado de Sayuri y pudo seguir a su ángel.

¿Explicarme qué cosa? —cuestionó con voz neutra y tranquila.

Para empezar, no era como que el ojeroso tuviese prohibido tener una novia, el pecado era la fornicación y desde que él había llegado, nada de eso había sucedido; lo que significaba que estaba haciendo su trabajo de forma correcta.

Por su parte, el ojirubí mayor se sintió un poco mal, se había acostumbrado a ver a Lacus sonriéndole amigablemente, con una expresión avergonzada y ligeros gestos de genuina felicidad y nerviosismo mezclados entre sí; el hecho de que le hablara como si no le interesara en lo más mínimo, con ese tono de voz tan estoico y frío no le gustó para nada.

Te explicaré...repitió aparentemente calmado.

¿Explicarme? Rene-san, no tienes nada que decirme, mi función como ángel es asegurarme de que regreses a la senda del bien, y bueno, tener una novia no es un pecado, a menos que forniquen, ya sabes —intentó reír, mostrándole una sonrisa triste.

Genuinamente, y desde hacía un tiempo, era la primera vez que dolía que le dijeran la verdad crudamente, justo como él la pedía siempre que descubría un engaño; era cierto, al fin y al cabo, eran solo un ángel y su humano a cargo, pero pensó que el haberle besado y las claras señales que él le enviaba eran para llegar a ser algo más que eso.

Rene, ¿con quién hablas, amor?preguntó en tono cantarín Sayuri, desde la cocina.

Con nadie —le respondió haciendo mala cara.

Creo que los dejaré solos, aunque no literalmente, ya sabes —rió quedo el pelipúrpura; luego simplemente se difuminó en el aire.

Yo soy tu ángel y único protector [MikaYuu/ReCus/KimiYoi] |Resubiendo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora