→ Quince

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—¿Dónde demonios está? Él debería saber que es imposible que se esconda de mí —expresó Kureto con enojo mientras miraba y arrugaba los reportes de diversos ángeles alrededor del mundo que buscaban a Shinya

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—¿Dónde demonios está? Él debería saber que es imposible que se esconda de mí —expresó Kureto con enojo mientras miraba y arrugaba los reportes de diversos ángeles alrededor del mundo que buscaban a Shinya.

Aoi solo le observaba con tranquilidad, acostumbrada a su actitud y dándose cuenta que luego tendría que recoger ese desastre, pero no se quejaba de ello; desde que él la sacó del Infierno, las cosas habían sido interesantes.

Kureto-sama, sentimos la incompetencia al no poder localizar a Shinya —musitó ella haciendo una reverencia a modo de disculpa.

El de cejas pobladas frunció aún más su ceño, necesitaba encontrar pronto a aquel albino, pues sino, estaba seguro de que él intentaría recuperar el trono y si transcurría demasiado tiempo, era posible que lo lograra; el poder de la aureola lo iba a consumir lentamente y no debía dejar que eso se convirtiera en un impedimento.

Necesitaba atraparlo ahora que tenía el poder "perfectamente" domado y podía usarlo cuándo y cómo quisiera.

—La primera fase está completa —suspiró Shinya viendo a los tres ángeles que habían caído desde el Cielo y estaban tirados uno sobre el otro—

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La primera fase está completasuspiró Shinya viendo a los tres ángeles que habían caído desde el Cielo y estaban tirados uno sobre el otro—. Gracias por ayudarme, cuando vuelva a mi puesto los recompensaré, chicos.

Inmediatamente, los tres querubines se levantaron negando ante la oración que había dicho el albino con tanta tranquilidad y una sonrisa.

El Infierno no era lo que le hacían creer a los humanos, es decir, sí era el lugar en donde sufrían las almas sucias y corrompidas que enviaba automáticamente el sistema del Limbo para que fueran castigadas; pero aquellas almas que no eran tan malvadas como para ser atormentadas, que su máximo pecado fue, por ejemplo, cometer adulterio o engañar, se convertían en diablillos.

Contrario a lo que las religiones —en su mayoría— hacían creer a los humanos, el dios y el demonio no se odiaban, por el contrario, solo tenían ideas distintas sobre cómo debían guiar al mundo, pero trabajaban de forma conjunta; todo el tema de el Cielo, el Infierno y el Limbo era un gran sistema, digamos, de reciclaje de almas.

Yo soy tu ángel y único protector [MikaYuu/ReCus/KimiYoi] |Resubiendo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora