Capítulo 8.

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EDITADO 02.08.2018

—Cariño, levántate que no respiro —la voz de Louis sonaba adormilada.

— Le dijiste cariño, que lindo eres — comentó una vocesita del otro lado de la sala.

Evan estaba recostado en la alfombra de la sala, a menos de un metro de ellos dos, jugando desinteresadamente en su playstation, pretendiendo que realmente le interesaban las vidas que estaba quitando en el juego.

— Calla niño — le dijo, sacándole la lengua.

Harry aún no despertaba.

Louis se encontraba recostado ligeramente sobre el largo sofá, mientras que Harry parece haber caído sobre él, con su cabeza en el pecho, abrazaba sus piernas. Y sobre todo, Harry estaba sobre él, Harry, una mole de un poco más de un metro noventa y tanto, con masa muscular como para cubrir todo el cuerpo del pobre Louis debajo de él, iba a morir ahí mismo.

Quizás su hermanito no debería estar viendo eso, pero ya que.

—Harry... —Casi que ronroneó el castaño, tratando de removerse un poco.

El gran cuerpo de Harry se lo estaba impidiendo, y casi que le complicaba respirar. El rizado abrió un poco los ojos, respondiendo al llamado de su nombre y comenzó a moverse, tratado de comprender en que planeta estaba.

De repente su peso ya no estaba más sobre Louis, el rizado se había levantado demasiado deprisa, poniéndose de pie. Fue corriendo por las escaleras, hacía lo que parecía el baño.

Evan comenzó a reírse a carcajadas, y Louis le siguió, ambos riéndose por los torpes pasos del rizado, y por la prisa que traía.

El ojiazul aprovechó para colocarse de pie y estirar un poco sus articulaciones.

—¿No tendrás un cargador de celular por ahí, no es así? —Le preguntó al niño ruludo.

—Yo no, pero Harry tiene, lo iré a buscar... —Le dijo, poniendo en pausa el juego y dirigiéndose a las escaleras.

En cuanto Evan comenzó a subir, Harry estaba bajando.  

— Lou, te quedaste aquí... — le dijo, sonriendo y dirigiéndose a la cocina, debía acomodar un poco el desastre que había hecho anoche.

—Sí, lo siento, me quedé completamente dormido, no he descansado desde el vuelo y bueno... Lo siento. —Dijo, mirando el suelo, avergonzado.

Harry sonrió con ternura.

—Está bien, no tengo problema con eso, solo que... Evan estará insoportable estos días cuando te vayas... Es algo así como su néctar de vida el molestarme por todo.

Louis lo había seguido hastala cocina, y sonriendo se acercó un poco más a él.    

— Podría no dejarte solo por mucho tiempo... — dijo, sonriendo, y Harry lo miró directamente a los ojos.

—Es agradable tenerte... aquí —respondió, como pudo.

Sus rostros estaban demasiado cerca, Harry estaba paralizado, y Louis había comenzado a incrementar su altura. Ah, claro, estaba colocándose de puntitas de pie.

Las manos de Louis fueron a parar hacia el cuello de Harry, mientras que este solo tenía las suyas sobre la mesada a su espalda, totalmente tieso. Sus alientos se chocaban entre sí cuando ambos cerraron los ojos al mismo tiempo.

—¡Dame la llave, Liam! —gritó alguien.

—¡Debes golpear, Niall! —le respondió.

—¡No es justo! —gritó, mientras azotaba con fuerza la puerta.

Shut up, brat!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora