Capítulo 16.

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EDITADO 04.08.2018

Louis regresó al campus y estacionó la camioneta. Divagó todo el camino sobre haber adquirido aquella preciosura de cuatro ruedas, su papá la había comprado hacía muy poco tiempo, ahora descubrió que con las intenciones de regalársela. Era gris oscuro, combinando perfectamente con todo lo que se le acercaba, estaba tan bien cuidada que le daban ganas de llorar. Como decía, divagando.

—¿Aún sigues aquí? —Soltó con desprecio. Cerró la puerta a sus espaldas y arrojó las llaves sobre su cama.

—Deberás aguantarme por lo que te resta de la vida —le soltó ella, sin prestarle demasiada atención —. ¿Dónde está tu novio?

—No es mi novio.

—Pero cogieron.

—Es mi amigo.

—Los amigos no se... —Se detuvo, en seco —. Bueno sí, tal vez tienes razón, los amigos sí cogen, pero ustedes se ven demasiado bien juntos, deberían ser novios, por el bien del planeta.

—Como tu digas. Iré a ver qué sucede con tus papeles.

—No valdrá la pena, fui a administración hace un rato, ni creas que me agrada compartir la habitación con un hombre, con lo desagradables que son... ¡En todo!

—¿Qué averiguaste?

La morena comenzó a contarle su día, como si estuviese narrando su propia vida. En cuanto Louis se había marchado con su rizado amigo, ella fue a ver el tema de los papeles con alguna autoridad, la tuvieron dando vueltas y al final todos quedaron confusos. 

Se suponía que ella era un hombre, de verdad. Pero digamos que, el nombre Alex Bullock, muchas pistas no daba de si era mujer o varón.

Le respondieron que debió de reclamar antes, bueno, vamos, antes ¿cuándo? Los datos ya habían sido ingresados en no sé qué de los alumnos y no debían ser alterados por ningún motivo. Administración aceptó el error cometido y le ofrecieron cambiar de cuarto con quien ella quisiera, pero debía de convencer a la otra persona de irse al cuarto de ella.

—Demasiados problemas ¿No? Además, sería lo mismo, solo permiten la rotación con personas del mismo género. Y ya sabes lo que dicen...

Mejor malo conocido, que bueno por conocer. Se negó, claramente. Además, tenía la vaga esperanza de volver a ver a ese chico rizado.

—Así que, eso fue lo que sucedió —Terminó de contar su historia, y volvió a desparramarse sobre el colchón.

—Ya qué, tendré que aguantar tus cosas de niña conmigo.

Alex quizás intentó no sonar demasiado ofendida: —Eso fue demasiado sexista.

—¿Sexista? Tus cosas de niña-

—De todas formas, lo mismo digo —si no puedes contra ellos, úneteles. Le restó toda la importancia que le había brindado al castaño luego de ese comentario.

—¡Que no soy asqueroso! —Se enfureció.

—Me refiero a tus cosas de niña, también.

—Al menos trata de ser algo amable, cosa —comentó con desagrado.

Se recostó sobre su cama a revisar su teléfono.

—Las personas como tu lindo novio me agradan, tu no —comentó, como si se tratara de nada.

—Eres desagradable.

—Igualmente.

Shut up, brat!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora