Capítulo 29.

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EDITADO 01.09.2018

Algo similar al pánico comenzaba a asentarse en sus estómagos, sintiendo las puntas de sus dedos amortiguados por la urgencia.

Louis sacaba ropa del armario, doblando lo que estaba desacomodad. Harry se encargaba de acomodarla rápidamente adentro de un gran bolso, y en otro las cosas necesarias como sus zapatos y algunas mantas.

—¿Qué mierda...? ¡Harry! —Llamaba Anne desde el umbral de la puerta, siendo brutalmente ignorada.

Ni bien la mujer del telediario terminó de hablar, Louis presionó fuertemente uno de los muslos de Harry y ambos se dirigieron miradas horrorizadas.

—¿A dónde demonios piensan ir? —Su madre estaba inquieta, exigiendo respuestas que claramente no estaba recibiendo. No temía maldecir en un ambiente donde Evan no se encuentre.

Las imágenes que desfilaban en la televisión eran de los prófugos aún sueltos.

En una de las fotos apareció el rostro de Charlie. Una numeración rara y su nombre completo.

—Me quedaré en el campus —respondió Harry sin si quiera girarse a mirar a su madre.

No le había costado demasiado tiempo tomar esa decisión con los ojos aterrorizados de Louis posados en los suyos.

Tomó su mochila, comenzando a guardar los apuntes y carpetas desparramados en su escritorio. Louis una vez terminó con la ropa, comenzó a ayudarle con las cosas que no lograban entrar en sus manos, al tratar de tomarlo todo de una sola vez.

—¿Así sin más? ¿Piensas salir a la calle justo ahora? Escuchaste lo que dijeron...

—Es justamente eso —intentó esta vez Louis.

—Tú, Louis. ¿Estás con él? Sabes que es una locura, lo mejor es que ambos se queden aquí hasta mañana...

—Escucha, mamá —Harry detuvo lo que estaba haciendo y le hizo frente al rostro de su madre —. Te amo y te respeto. Pero Alex está, en este momento, sola en la habitación y podría apostar a que no tiene idea de lo que está pasando ahí afuera.

Anne quiso hablar, preguntar qué tenía que ver eso, con esto.

—Y no voy a permitir-no vamos a permitir que quede sola por mucho tiempo más, no mientras Charlie está suelto por ahí —era lo más lógico, ante el silencio, sintió que debía seguir explicando —. En el juicio no se vieron las caras, pero ese hijo de puta estaba tan cabreado como para jurarme que la mataría por arruinarle la vida, y yo no voy a permitir que le pase nada ni a ella, ni al bebé. —Finalizó con decisión, comenzando a moverse de nuevo por la habitación para comenzar a cargar los bolsos cerrados.

Su madre lucía ciertamente aturdida, todo lo que acababa de escuchar era simplemente demasiado... No debían mal entenderla, le encantaba la idea de ambos siendo responsables en un momento crítico, y estaba tratando de hacerse la idea de que quizás sea abuela de una pequeña personita dentro de poco. Pero, vamos, esto aquí y ahora, era una completa locura.

—¿Me oíste? —Preguntó Harry ante el silencio reinante.

—No puedes, Evan va a...

—Está siendo responsable, mujer. Déjalo.

La voz de Des los sorprendió a todos, el hombre se acercó por detrás del cuerpo de su mujer.

—Además estará con Louis, será mejor que estén los tres juntos en un momento así.

Harry cargaba dos de los bolsos y Louis la mochila que contenía todo lo de la Universidad. El mayor vio cruzarse a Venus por entre los padres del rizado y la tomó con su brazo libre, pegándola a su cuerpo y recordando que su comida y jaula estaban escaleras abajo. Harry le dirigió una mirada rápida asintiendo, quizás intuyendo en lo que estaba pensando.

Shut up, brat!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora