Capítulo 18 ~ ¡Feliz Cumpleaños! ~

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POV 's Michelle

No me creía que habían hecho todo esto por mí.

Todo estaba genial salvo las últimas fotos del vídeo en las que salía yo con una cara horrible.

"Siempre sales fatal."

Yo al menos salgo en las fotos.

"No tiene sentido. ¿Recuerdas que somos la misma?"

Cállate.

- Felicidades Michelle - dice una chica a la que no había visto en mi vida - ¿Por qué habéis venido tan tarde?

- A Astrid se le olvidó y llegamos gracias a mí - desvío mi vista hacia Dylan - Bueno, gracias por venir, ahora te veo - le digo tocándole el brazo y me dirijo hacia Dylan.

Ella, por lo que puedo ver, sonríe cortada.

Me da pena pero si esa conversación se hubiese alargado me habría suicidado del aburrimiento.

- Felicidades Michelle - dice ¿nervioso?, mientras me da un abrazo - ¿Qué es de tu vida?

- Pues nada en especial - respondo pasiva - Solo que necesitaba hablar con alguien...

Y al momento aparece Syd con dos vasos rojos y se coloca al lado de Dylan.

- ¡Oh! - exclama sorprendida - Hola Michelle, ¿quieres?

- No gracias - respondo algo extrañada.

Aunque no sé porque me sorprende, Sídney se olvida de los chicos bastante rápido.

"¿Celosa?"

¿Yo? ¿Por Dylan? Por favor.

Me fui hasta donde estaba Astrid para hablar o simplemente para no estar sola, ya que todos mis amigos tenían a alguien con quien hablar. Además ir a donde Tom no está entre mis planes, no después de lo de esta mañana. Lo malo es que As estaba con Ian.

En la lejanía le hago unas señas para que ella diga algo sobre abrir los regalos. Pero no sale de una manera discreta.

- ¿Quieres abrir los regalos? - dice gritando.

Todo el mundo, repito, todo el mundo se gira hacia mí por lo que yo respondo irónica:

- No sé chica, no se van a abrir solos.

Y nada más decir eso la gente comienza a silbar y se acerca a la mesa de los regalos.

Vale, lo que acaba de pasar no tiene sentido. ¿Por qué silban?

(...)

Todavía quedaban dos regalos y ya me habían regalado un montón de cosas útiles.

Un corcho para colgar fotos y hojas del instituto, una plancha para el pelo, un rizador, un bolso, un montón de pinta labios y más maquillaje. Aunque no entiendo el por qué, todo aquel que me conoce sabe que yo no me maquillo.

Abro el penúltimo regalo y me encuentro con un test de embarazo positivo.

¿Qué demonios?

Miro la tapa para ver quién me lo había regalado aunque sabía muy bien de quién era.

"Con bebé, Astrid."

La gente se acerca para ver el regalo y vuelve a su sitio sorprendida, mientras que yo le dirijo una mirada asesina a Astrid.

Pero ella se acerca y coge el test.

- Es de mentira, ¿ves? - dice con una sonrisa nerviosa.

Pero cuando nos va a enseñar la etiqueta, pone la mejor cara de espanto que he visto en mi vida.

Doblemente ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora