Capítulo 28 ~ Inútil egoísta ~

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Maratón 2/3. Esperamos que os guste.❤️

Dylan

Cuando Michelle abrió la puerta del baño, Lily se separó bruscamente y me miró mientras que yo observaba a mi rubia amiga que tenía el rímel corrido y algunas lágrimas secas en sus mejillas.

- ¡¿En serio Dylan?! - preguntó indignada para después salir corriendo de la casa.

- ¿Qué pasa Dylan? Ella dijo que no erais novios, ¿por qué se enfada? - preguntó confundida Lily.

- Bueno, tal vez haya sido porque soy el novio de su mejor amiga...

Intento explicarle, pero me interrumpe pegándome una bofetada y yéndose del baño.

La he cagado pero bien.

Después del incidente con Lily, busqué al chico ese que había estado con Michelle toda la tarde para ver si él sabía porque ella había llorado.

Pero tampoco lo encontré por ninguna parte.

Me despedí del anfitrión de la fiesta al que no conocía y pedí un taxi para que me llevara al edificio en el que viviré hasta que acabe la beca.

Cuando llegué a nuestro piso, salí del ascensor y me dirigí a la puerta preparándome física y psicológicamente para todo lo que Michelle pudiera tirarme o decirme.

Abrí la puerta lentamente y me adentré en el apartamento. Estaba completamente a oscuras y solo se escuchaba dos ruidos: unos sollozos y la vibración de un móvil.

Me acerqué y la vi, vi la foto de Sídney en la pantalla del móvil de Michelle, ella la llamaba cada dos minutos hasta que decidí coger.

- ¿Sí? - dije algo abrumado.

- ¿Dylan? ¿Qué haces con el móvil de Michelle? ¿Dónde está ella? - preguntó rápidamente.

- Syd, tenemos que hablar - dije lo más tranquilo que pude.

- Hablaremos mañana, pero ahora mismo me estás pasando con mi amiga o juro que iré a Londres para saber qué demonios le pasa - dijo perdiendo los nervios al otro lado del teléfono - ¿Qué ha pasado Dylan? - dijo algo más calmada.

- Yo... yo... no lo sé - no era momento para contarle lo que había pasado con Lily.

- Pásame con ella - sentenció.

- Ahora no puede hablar, adiós - dije y colgué.

Dejé el móvil en el salón y lo puse a cargar. Luego me dirigí a la puerta de Michelle de la que aún salían sollozos.

- Michelle, ¿podemos hablar? - pregunté al otro lado de la puerta.

- No.

- ¿Por qué lloras? - dije ignorando su respuesta.

- Nada.

- Michelle, ¿qué ha pasado?, si es por lo de Lily, mañana se lo contaré a Syd no tienes que preocuparte por eso...

- No puedo creer que hicieras algo así - dice cambiando sus sollozos por unos ligeros gritos.

- No era lo que quería de verdad...

- Claro, ¿a que adivino? Tú solo la acompañaste al baño porque ella se encontraba mal, se te lanzó y como estabas al lado del lavabo no pudiste apartarte ¿no? - dijo irónica acercándose a la puerta.

- De verdad que no era lo que yo quería - dije a punto de derrumbarme.

Abrió la puerta y me miró con sus ojos llenos de odio y rencor, pero al la vez decepción y tristeza.

Doblemente ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora