Capítulo 34 ~ Confesión ~

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Sídney

Creo que llevo aquí como dos días y me estoy muriendo de calor. Además huelo horrorosamente mal.

- Blake o apareces por aquí en 20 segundos o me desataré y te mataré - grité a pleno pulmón.

- Inténtalo - contesto de igual forma.

Creo que soy hiperactiva o algo parecido porque ya he hecho de todo en esta habitación.

Me he levantado sobre mis piernas levantando la silla del suelo y me he estrellado con la pared. Lo único que he conseguido ha sido caerme de morros y tardar media hora en darme la vuelta y sentarme otra vez.

También he intentado encontrar algo con lo que soltarme, pero lo único que he encontrado ha sido un cepillo y tampoco me sirve porque no me llega el brazo ni siquiera para peinarme.

Siempre bellas chicas, incluso secuestradas.

Dos horas después, o eso creo que ha pasado, aparece el estúpido de Jayden con una bandeja con un cacho de pan y un vaso de agua.

- ¿Tú lo de a pan y agua te lo has tomado muy en serio no? - digo burlona.

- Lo tomas o lo dejas.

- ¿Y cómo quieres que lo tome si no me puedo ni rascar la pierna? - digo irónica.

Se acercó demasiado a mi cara y paso los brazos alrededor de mí, y cuando estaba a punto de rozarme con su nariz, soltó las cuerdas y se separó.

Cuando terminé de comer lo que me había traído, se levantó de la silla que había colocado en frente mío y salió por la puerta, aquella que tantas veces había intentado abrir mentalmente.

Me voy a morir de aburrimiento y de hambre si no me sacan de aquí ya.

Zack

Después de que Astrid me diera ese consejo no he podido parar de pensar en qué pasará si no encontramos a Syd, ¿y si solo está con otro chico y no ha avisado a nadie?

No sé qué es peor.

Llevamos dos horas y media andando por el bosque que nos dijo Astrid y no hay una sola señal de que por aquí viva alguien.

Ian ha estado muy raro estos días, está preocupado y lo entiendo, pero creo que hay algo más que le preocupa.

- Eh tío, ¿estás bien? - pregunté mientras nos apoyamos en un árbol a descansar.

- Sí, todo lo bien que podría estar - dijo frío.

- No te preocupes, verás como la encontramos en seguida. Realmente no hay porqué alarmarse, si es verdad y es Connor quien la tiene secuestrada no le hará nada. A fin de cuentas es amigo de Michelle y si ella se enterase de esto las cosas se pondrían muy feas - dije tratando de animar a Ian, aunque a fin de cuentas yo trataba de convencerme de lo mismo.

Él solo asintió a modo de respuesta y se levantó para que siguiéramos con el camino.

Una hora después vimos a unos metros una vieja cabaña, que tenía una pequeña luz encendida.

Astrid

Tom y yo llevamos llamando al timbre de la casa de Connor como tres horas y aquí nadie nos abre la puerta.

Nos sentamos en las escaleras que hay en la entrada del portal y cuando estábamos a punto de irnos Connor apareció delante nuestro.

- ¿Dónde está Sídney? - preguntó Tom con los puños apretados.

- ¿Quién? - preguntó Connor tratando de pasar por nuestro lado.

Tom lo agarró por el hombro y lo empujó haciendo que retrocediera y nos encarase.

Doblemente ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora