Capítulo 1 ~ Un par de vasos de más ~

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Michelle

03:00 AM

Llevamos tres horas en la fiesta y no la encuentro por ninguna parte, esos chupitos de vodka no le han sentado muy bien.

Ha salido corriendo y gritando que puede volar y la gente la miraba como si necesitara ayuda psiquiátrica; ayuda urgente.

Después de media hora decidí marcharme, ya me llamarían para que la viniese a recoger, pero antes de irme alguien gritó mi nombre y después de lo que vi no pude aguantarme la risa.

- Michelle - gritó Sídney arrastrando mi nombre, pero antes de que me diera tiempo a reaccionar ella ya estaba en el suelo riéndose ya que se había resbalado con el vómito de una chica morena que pasaba por ahí.

Dos chicos que se iban de la fiesta al igual que yo, se acercaron y antes de que la tomarán por los brazos y la levantaran, ella les gritó "Vaya culos" estos sonrieron y la ignoraron.

La llevaron hasta mi coche, les agradecí y antes de que arrancara el coche uno de ellos tocó la ventanilla del copiloto.

La bajé y este se presentó.

- Hola soy Thomas, pero puedes llamarme Tom, encantado - sonrió coqueto mientras me tendía su mano.

- Michelle, igualmente - y la estreché.

- ¡Quiero un unicornio rosa! - gritó Sídney a pleno pulmón.

El chico que acompañaba a Tom se metió en la parte trasera del coche y empezó a hablar con Syd.

- ¿Un unicornio rosa? - preguntó burlón.

- Sí, con el cuerno verde y la cola amarilla - afirmó ella.

- ¿Algo más?

- Que escupa pizza, eso sería genial - soltó una pequeña carcajada y se quedó dormida.

Después de aquella ridícula escena, el amigo de Tom salió del coche y ambos se despidieron, yo arranqué y fuimos hasta la casa de mi abuela.

Claro que yo no había contado con que tendría que convencer a Syd para que se metiera en el ascensor ya que cuando está borracha nunca hace lo que se le dice.

- Venga Syd sube o, ¿A caso quieres subir trece pisos andando?

- Eso es justo lo que quiero hacer - afirmó con tono orgulloso arrastrando las palabras.

Después de discutir con ella durante lo que me parecieron dos horas, al fin conseguí convencerla aunque me costara una caja de bombones y un refresco.

Para mi mala suerte, que, pareciese que acababa de empezar, el ascensor se paró en el segundo piso, pulsé el botón de emergencias y me dijeron que tendría que esperar ahí hasta primera hora de la mañana, a todo esto hay que decir que entre que me entretuve hablando con aquellos chicos y discutí con Syd eran las 06:30 AM así que tenía dos opciones:

La primera era quedarme dos horas encerrada con una Sídney borracha hablando sobre unicornios.

La segunda era ignorarla hasta quedarnos dormidas.

Opté por la segunda aunque al final solo conseguí dormir media hora ya que parecía que nunca se iba a callar.

Me despertó la cancioncita del ascensor y parecía que Sídney no había dormido en semanas, su cara lo decía todo.

Doblemente ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora