10

16 5 0
                                    

No sé a dónde se puede dirigir un muchacho de diecisiete años a las... ¿dos de la mañana? Pero el caso es que aquél chico se había marchado hacia el lado contrario de dónde, según él había dicho, quedaba su casa.

Definitivamente aquél muchacho me había dejado sorprendida. La forma en que actuaba y en que hablaba..., saltaba a la vista que era una persona tímida y abstraída. En sus ojos verdes pude notar la desesperación e inseguridad gobernando dentro de él. La torpeza en sus movimientos era un síntoma de esto. 

El chico me había caído muy bien, pero ni siquiera me había dicho su nombre...

El desconcierto de las chicas ante la actitud del muchacho aun no se borra de sus rostros cuando volvemos patinando. 

Ninguna decide hablar de la extraña situación con el chico.

A duras penas, desechamos las seis latas de cerveza, que tanto trabajo nos costó conseguir, en el primer contenedor de basura que encontramos cerca: creemos que es evidencia que le serviría a solidificar su hipótesis a un oficial de policía si nos cree sospechosas. 

Más la botella de vodka destruida, ya no nos queda nada.

Claramente, el intercambio que intentamos hacer con Sam resultó ser el peor que habíamos hecho jamás.

Decidimos marcharnos a nuestras respectivas casas antes de que la noticia de la persecución se difunda a lo largo del barrio, y que la búsqueda de las "criminales" (nosotras) comience.

Primero se desvía Amber. Toma una calle distinta que va directo a su casa. Se despide sin detenerse, y dobla. Pero antes de perderse de vista, la observo detenidamente: es alta, y ni muy delgada ni muy gorda; su cabello morocho ondea detrás de ella; tiene una figura marcada y un par de ojos negros.

Su camiseta negra se levanta ligeramente a causa de la brisa, y deja al descubierto un tatuaje dibujado en su oscura y suave piel: dos símbolos que representan el sexo femenino entrelazados en su espalda, sobre la cintura. Ese tatuaje es conocido como el símbolo representativo de las mujeres gay. Naturalmente, su madre no sabe que se ha tatuado eso, porque si llegara a descubrirlo saldría a la luz que su única hija es gay.

Pierdo a Amber de vista, y las otras dos y yo seguimos patinando, en silencio. Creo que las tres estamos cansadas, y que solo pensamos en que nuestros padres no se hayan dado cuenta de nuestra huida.

Vuelvo mi cabeza y veo a Tina. Está ceñuda y con la vista fija al frente: tiene una cabellera castaña y lacia que llega hasta su diafragma, ojos verdes, una cabeza pequeña, y piel del mismo color que su pelo. Es alta y delgada.

-Espero que, al llegar, él esté durmiendo - dice con un dejo de temor.

Rose y yo la miramos con entendimiento.

Sé por qué lo dice. Se refiere a su padre, el señor Pocket.

El señor Pocket es un alcohólico. Desde la muerte de su madre, la abuela de Tina, no ha parado de ir todas las noches a un pequeño y pintoresco bar a embriagarse.

Recuerdo que un día, hace más de seis meses, en una de nuestras reuniones comunes con las chicas, Tina había llegado llorando. Nos contó que su padre había arribado alcoholizado a la casa y había golpeado a su madre, en frente de ella y de su hermano, Taylor. Tina intentó defender a su madre pero a cambio recibió un puñetazo.

A partir de entonces, el señor Pocket lo ha seguido haciendo y Tina no se atreve a hacer algo.

Entonces, Rose y yo nos despedimos de Tina con un tenue "Adiós", y doblamos a la izquierda.

Quedamos ella y yo solas, patinando por las calles asfaltadas.

Rose es escuálida; su pelo corto es rubio; tiene unos penetrantes ojos negros y una piel pálida; y en la nariz lleva un pircin. 

Puedo palpar en el aire el horror que siente. Desde la primera vez que vio a su hermano, Percy, luego del accidente, ya no es la misma. Su familia y ella deben estar pasando por un difícil momento, al verse obligados a encerrar a Percy en un manicomio.

Hace seis días, los médicos comprobaron que el chico consumía marihuana en exceso. Decidieron internarlo, gracias la sumatoria del severo shock que sufre desde el accidente automovilístico, del que sobrevivió de milagro, en el que vio morir a dos personas que viajaban con él: su amigo, Dean, y Lindsey.

Maggie: Bajo el realismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora