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Suena el timbre.

Recojo la cuadernola y la mochila y salgo del salón junto con Tina. Primero, nos dirigimos hacia nuestros casilleros, que están al lado uno del otro, dejamos nuestras cuadernolas y tomamos las correspondientes a la asignatura de la hora siguiente: Historia.

-Hamlet es muy interesante, ¿no? - pregunta Tina.

Al parecer de eso había tratado la hora anterior de Literatura.

-   Supongo - respondo, indiferente.

Guardamos las cuadernolas nuevas en los bolsos.

Entonces nos dividimos. Tina va a la cantina a comprar algo de comida y yo voy al patio. Cuando salgo me dirijo a un sector en el que hay unas diez mesas redondas de concreto. En una de ellas están sentadas Rose y Amber.

Me siento.

-Hola, chicas. 

-Hola. ¿Y Tina? - cuestiona Amber, con una botella de Sprite en la mano.

-Humm... Fue a la cantina. - Miro a Rose -. ¿Cómo llegaste a tu casa ayer? ¿Los oficiales te descubrieron?

- No - contesta entusiasmada -. Di la vuelta a la manzana y por fortuna no me vieron. Al llegar a casa, todos dormían. Me colé por una ventana y, al saltar hacia el interior, caí sobre Luke; había dado con su cama, y él ni se despertó.

Estallamos en risas.

-¿Como está tu familia? Ya sabes, por tu hermano Percy - le pregunta Amber luego de calmarnos.

-En realidad, como siempre. Hoy, al despertarme, escuché una conversación silenciosa que llevaban a cabo mis padres. Discutían cómo iban a proceder en el sanatorio con Percy. Mi madre quiere que, si los medicamentos no surten efecto en él, aumenten la docis. Pero mi padre no está tan seguro al respecto, dice que le asusta que le den tanta cantidad de medicamentos.

-Es horrible - murmuro -. ¿Y ninguno de tus hermanos escuchó la discusión?

-No, todos dormían aun - responde, suspirando -. Y tú, Maggie, ¿cómo hiciste para entrar a tu casa anoche?

-Pues, escalando, naturalmente. Pero, cómo era de esperarse, al irse los policías, mis padres no demoraron en reprenderme... - no puedo terminar la oración.

-¿Qué hicieron, Maggie? - dice Amber, bastante alarmada.

-Ellos rompieron mi skateboard - musito apenas.

-¡¿Qué!?

-No pueden..

-Lo hicieron - las interrumpo -. Y luego solo se fueron a dormir. - Suspiro -La verdad, todo está peor. Mis padres están sumamente furiosos conmigo. Y... Lisa ya no me habla - admito. Añado al ver las caras de incomprensión de las chicas: - Ella... se enojó conmigo, seguramente porque la decepcioné al "robar" la tienda - trazo dos comillas en el aire con los dedos.

Silencio. La verdad, aunque no hayamos cometido ningún crimen, estoy arrepentida de lo sucedido anoche (y creo que ellas también lo están). Es decir, se desataron muchas cosas malas luego del simple hecho de querer un par de cervezas.

-¿Como te ha ido a ti, Amber?

-Bueno... Mi madre no sospecha que yo haya participado en la persecución que todos comentan en el barrio...

- Tienes suerte - le digo.

- Sí, supongo que podría llamarse suerte. - Hace una pausa. - Pero esta mañana mi madre vio a dos lesbianas besándose en la calle, y desde entonces no paro de despreciarlas en voz baja... - Cambia de tema con un dejo de angustia.

Maggie: Bajo el realismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora