Destine | Harry Styles

Doce

Jo:

En realidad no sé que me pasó.

Creo que solo extraño a Harry. Y nada es lo mismo.

No creo que nada sea igual.

Y todo es mi culpa. Siempre será mi culpa.

Pero en realidad, es todo debido a la ley. Y la ley desapareció.

Quiero ser capaz de ir a lugares sin que él se preocupe por la posibilidad de ser atrapada o reconocida.

—¿Jo? —Pregunta Harry interrumpiendo mis pensamientos, liberándome del abrazo que en el que estuvimos por mucho tiempo.

—¿Sí? —Pregunto, tratando de sonar clara.

—Hay algo más que debería decirte durante todo esto. —Dice Harry, sujetando mi mano y jalándome hacia su habitación.

No sé si debería estar preocupada o no.

Me jala al interior y con su cabeza hace un gesto para que me siente en su cama.

Se dirige hacia sus diarios que revisé, sacando uno de ellos.

—Estuve escribiendo un libro. —Dice.

Alzo una ceja—. ¿Por qué?

—Me lo pidieron. Estuve escribiendo sobre nosotros. La ley. Nuestra historia. —Dice, lanzando el diario hacia mí.

Lo abro, pasando las páginas. La primera página es la cosa que leí antes de que Louis me interrumpiera. Así que seguí hojeando hasta que encontré algo. Al medio del diario, había algo escrito. Aunque era poco.

—Solo escribí algunas cosas, porque tú sabes. No estoy seguro sobre si esto sería publicado y terminado.

—Todo empezó como un pequeño pasatiempo. Un trabajo para traer a la chica a quien imaginpe que amaba. Pero realmente, eso no era cierto.

Cerré mis ojos, recordando como todo esto se suponía que no pasara. Como Harry quería matarme sin siquiera matarme.

—La conocí. Ella era incluso más hermosa que de lo que esperaba. Pero la ignoraba. Era un idiota con ella para obtener lo que creí que quería, a pesar de que en realidad necesitaba lo que estaba en frente mío.

Mordí mis mejillas, mirando a Harry.

—Solo quería que supieras que hacía esto cuando tu te habías... ido.

—Ella era diferente. No tenía miedo de decir lo que pensaba, preguntar lo que quería. Actuaba como si estuviera molesto, odiaba su curiosidad. Pero honestamente, estaba sorprendido. Sorprendido por como la chica me conoció y preguntó tanto sobre mí, y en realidad yo quería que ella me conociera.

—Creo que entiendo el punto. —Digo, entregándole a Harry el diario.

—¿Estás enojada? Lo siento Jo, pero a veces escribir libera algo de dolor-

—No estoy enojada, —río, contestando sincera.

—Aunque no suenas feliz. —Dice Harry un poco cortante.

—Solo no quiero leer más. —Digo apartando la mirada.

Y eso es cierto. No quiero.

—¿Por qué? ¿Estás enfadada? —Pregunta, sentándose en la cama, junto a mí.

—Es solo... todo es tan diferente. Me siento tan distante de ti.

Harry frunce el ceño—. No quiero que te sientas así.