Las "buenas noches" del simio

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ESPERO QUE OS GUSTE ESTE CAPÍTULO.VOTAD Y COMENTAD, MUCHOS BESITOS CON SABOR A LACASITO.

No hace falta decir que después del incidente del simio cené (cereales y zumo) me cambié de ropa ya que tenía puesto el chándal y me metí en el cuarto de baño para mirarme una vez más, y definitivamente, estaba desastrosa, mi cara era pálida y mis pelos estaban hechos un horror.

Me acosté temprano, por lo que no podía dormirme, mi mente estaba recordando todo lo ocurrido de hoy, paso por paso: mi llegada al instituto, Troy, Clarie, la persecución de Troy, la lluvia que me recordó a...bueno, ya sabéis; Zack, la pizza, el incidente con la pizza, el trato con Troy, mi patada en su entre pierna, mi huída, Campanito, y ahora, tenía que averiguar cómo conseguiría que el simio Dawson se vistiera de hado. A lo mejor Zack me podría ayudar, él es su mejor amigo. Mañana hablo con él, seguro que le encanta la idea.

De repente suena el teléfono y tengo un mensaje de un número desconocido:

Probablemente deberías cerrar la puerta y las cortinas de tu ventana antes de desnudarte y ponerte el pijama. Pero gracias por el espectáculo. Me gustan tus sujetadores. T”

-¿Pero qué..?- susurré mientras me levantaba de mi cama e iba hacia mi balcón.

Miré por todos lados: La casa del vecino, bajo mi balcón y a la calle... coches aparcados y una moto con un motorista que tiene puesto el casco... de repente ese tío se quita su protección para la cabeza y veo que Troy Dawson tiene una sonrisa victoriosa.¡Mierda! Maldito simio, te juro que esta me la pagas. ¿Pero cómo ha podido verme cambiándome de ropa desde una segunda planta? Oh, claro, el árbol. Veo que se acerca caminando hasta quedar debajo de mi balcón, y a medida que se acerca, yo me voy adentrando a mi dormitorio, no tengo ganas de hablar, y menos con él.

-Eh, eh, eh, pero no te vayas, encima que vengo a hablar contigo...- le hago caso omiso y me vuelvo a acostar. M e acuesto de lado, dándole la espalda a la ventana y me tapo la cabeza con la almohada.

Y aún así, no consigo evitar oír los golpecitos de pequeñas piedras dar contra el cristal de mi ventana.

**

Lleva un buen rato llamándome, con piedrecitas, y ya tengo sueño. Desesperada, me salgo al balcón con los pelos alborotados y le envío directamente una mirada asesina con doble ración de maldición al simio de Troy Dawson.

-Al fin me contestas, italiana, ya me estaba doliendo el brazo...- dice mientras se pasa la mano por el brazo.

-Déjate de rodeos, Dawson, ¿qué mierda quieres?- dije ya arrastrando las palabras por culpa de mi cansancio y mi sueño.

-Nada, solo quería decirte buenas noches, y ya de paso joderte un poco más...- dijo este desde abajo con sonrisa victoriosa. Eso hizo que mi ira se incendiara. Le dediqué una mirada asesina, le sonreí irónicamente y me agaché para coger las piedrecitas que había tirado anteriormente.

-¿Esto es tuyo?- pregunté haciéndome la tonta.

-Claro que sí, idiota, si no, ¿con qué crees que te he llamado?- dijo este en tono churesco.

-Ahh, pues en ese caso tomalas...- dije mientras le lancé una con fuerza que por desgracia no le dió.

-Eh, eh, eh ¿de qué coño vas italiana?- dijo este alejándose. Lo estaba auyentando. Bien.

-Voy de persona que quiere dormir, ¿tu que no tienes casa o qué? Déjame ya de una maldita vez Troy Dawson, al menos déjame dormir...- sentencié mientras me adentraba a mi cuanrto.

-Que desagradecida, encima que vengo a darte las buenas noches...- dijo éste indignado, me giré.

-Pues ya está, adiós, ve a tu casa y déjame de una maldita vez, ea, buon sonno.- dije cerrando levemente el balcón y acostándome otra vez. Esa misma noche soñé con ojos grises, nubes nubladas y lluvia.

A la mañana siguiente, hice lo normal que se suele hacer todos los días: levantarme, ducharme, vestirme (no tenía muchas ganas de pensar en lo que ponerme y me puse un chándal) desayunar y... esperar a Zack, porque se quedó dormido. La verdad, es que no tardó mucho en arreglarse y en menos que canta un gallo, ya estaba agarrada a él y cerrando fuertemente los ojos ya que mi querido cugino iba demasiado rápido para mi gusto.

Al bajarnos, le detuve para comentarle lo que el disfraz:

- Zack, ¿podrías hablar con Troy para convencerlo de que cumpla con el acuerdo que hicimos jugando a la play? Piensa que tiene que cumplir con su palabra, y tú y Jackson os echaríais unos buenos ratos de risas.- le miré con mirada cómplice, y este me la devolvió de la misma manera, le gustaba el plan.- además, podríais echarle fotos y si alguna vez necesitáis su ayuda sólo tendríais que amenazarlo con esas fotos...-dije con tono maliciosa, y victoriosa, a mi primo le gustaba la idea. Y que las monjas me perdonen, pero.. ¡que le den a Troy! Una apuesta es una apuesta, él la propuso y él la perdió.

-Cuenta conmigo, enana.- dijo mi primo estrechándome su mano con la mía y sonriendo de oreja a oreja. “Bravo, Bella, simplemente bravísimo” me decía Charlie (así llamaba a mi conciencia) haciéndome una ovación.

Sorprendentemente, mi primo no me dejó sola, hasta que me encontré con Clarie, que daba la casualidad que estaba con el grupo de amigos de mi primo “claro, chocha, Zack es muy amigo de Jackson y ¿quién la novia de Jackson? Clarie.” me decía mi Charlie sarcásticamente. Hice caso omiso a mis absurdos razonamientos y me acerqué a Clarie con una sonrisa radiante, ignorando a todos los demás.

-Hola Clarie.- le susurré por la espalda de manera discreta, ella dió un leve brinco y giró sobre sí misma.

-Hey Bella, ¿cómo estas? Veo que has sobrevivido.- mientras me daba un abrazo inesperado.

-Emmm sí, aunque me ha dicho que no se va a disfrazar de Campanito. Pero le he dicho a Zack que lo convenza.

- No, no, no muy mal hecho, Bella, ya hablo yo con él, Zack será su mejor amigo, pero no es tan persuasivo como yo.- dijo mi amiga dejándome con la palabra en la boca, sola y viendo como Clarie se acerca velozmente. Los observo detalladamente, intentando leer los labios de mi amiga y Troy. Me quedo fijamente mirando los labios de Troy intentando leer algo, pero de repente, se calla y miro a sus ojos, y veo que me esta mirando fijamente. M e sonrojo notablemente, y decido acercarme para hablarle.

- Dawson, ¿te vestirás?- digo esperanzada.

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