Bésame.

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Al llegar a casa, mi tío nos abre la puerta y se vuelve hacia el garage, porque allí está arreglando el coche o no sé qué. Mi cabeza no está tranquila porque ahora, es como si Dawson y yo estuvieramos solos en casa, y tengo miedo de lo éste chico me pueda hacer. Sólo de pensar en aquella vez en mi cuarto me tiemblan las piernas.

Troy se va al salón mientras yo voy a por unas bebidas. Al volver, el chico me espera paciente y puedo ver un brillo divertido en sus ojos.

-¿Te apetece ver la tele o algo?- propongo para rebajar la incomodidad del ambiente. Éste me toma la palabra y coge el mando. Va pasando los canales y poniendo distintas películas, hasta que los dos estamos de acuerdo y dejamos una de acción. No están mal, son algo violentas, pero es que las demás o eran chorradas, o eran algo cursis o eran de miedo.

Veo como el chico se revuelve un poco el pelo me mira.

-¿Te parece si hago palomitas?

-Es una buena idea.- me sonríe y antes de levantarse, pone una manos en mi rodilla para apoyarse, lo que hace que me estremezca y me haga cosquillas, pero por suerte, reprimo la risa.

Se va rápidamente y me acomodo en el asiento, parece que algo rígida por mi postura, suspiro fuerte y toco la zona en la acaba de colocar su mano, tengo un pequeño hormigueo. Después de dos minutos, y yo con la mente en otra parte, el chico viene con un cuenco.

Se sienta algo pegado a mi, pero yo no me muevo, pone el cuenco entre nosotros y seguimos viendo la peli mientras cogemos de vez en cuando palomitas.

La peli es algo desagradable, por los muertos y eso, así que a veces aparto la mirada, el chico se ríe y yo no me corto en pegarle algún que otro puñetazo flojito, en plan broma.

-Sí quieres, podemos cambiar de peli...- involuntariamente, pongo una mano en rodilla para detenerlo, pero la aparto en cuanto el chico mira mi mano y luego a mi rostro con un toque, insinuante.

-No, ésta está bien.- escondo mis manos dentro de las mangas de mi fina sudadera y interpongo algunos cabellos entre mi rostro y la mirada directa del ojiazul.

El chico suelta el mando y se recuesta, echando un brazo por detrás hasta quedar sobre más o menos mis hombros.

“Mantente alerta, Bella”

Mis nervios aumentan pero intento parecer natural, el chico se “acerca” más a mí y por el rabillo puedo ver que sonríe.

Mientras como palomitas, en la película empieza una guerras con explosiones y tiros a gran volumen, lo que me pilla desprevenida y tiro sin querer medio bol de palomitas a causa de mi nerviosismo y entonces, cuando voy a agacharme a recogerlas, siento la mano del chico en mi espalda. Recorre toda mi espina dorsal de abajo a arriba hasta posar sus dedos en mi hombro.

-Espera, que te ayudo.- se agacha conmigo y recoge algunas.

-Qué torpe soy...- murmuro para mí misma, pero al parecer el chico lo oye y se ríe.

-Algo patosa si que eres..- le miro con cara de pocos amigos y me levanto para coger un cepillo y un recoger los granos del suelo.

Salgo de allí rápidamente y tardo lo máximo posible en encontrar los utensilios. Voy al salón y barro ante la mirada de Troy. “Qué vergüenza”

Lo dejo todo en su sitio y cuando vuelvo a llegar a la habitación, me siento en otro sillón.

-¿Qué haces?- el chico me mira desde el sillón grande, divertido.

-Ver la peli..- “No me vas a meter mano, cretinoide.”

-Venga Bella, ¿qué te pasa? Siéntate aquí conmigo que no muerdo.- perezosa me siento en el sofá. Pero en el extremo más retirado para que no me alcance. Él por su parte, sin disimular ni una pizca, se acerca y se apega a mí más aún.

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