No nos conformamos con tan poco

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—Jean Dinai Canavar -decía Emilia su madre de pie frente al mudo muchacho— ¿Como es posible que con todo lo que has pasado, sigas siendo tan terco?
Jean hacia morisquetas desde el sofá, estaba rodeado de personas enfadadas. Su padre, su abuela, sus hermanos, la recién llegada Vanessa y Mi Young. Violeta y Matt eran los únicos que se encontraban sentados a su lado, dándole un poco de apoyo.
—Lo que más me sorprende es que ni siquiera consideres intentarlo, ¡Mi Young vino aquí solo para esto! Eres un malagradecido —gritaba Vanessa, moviendo los brazos rápidamente al hablar.
«¿Enserio todos ustedes están en mi contra? No es que como si llevase una mala vida o algo así», intentó defenderse, ganándose un golpe en las canillas de parte de su novia.«Estas siendo muy mala conmigo», Jean hizo un puchero, alejando la mirada de la masa de personas frente a él.
—Jean no se trata de ser mala contigo, es que no puedes dejar todo cómo está —Vanessa se cruzó de brazos, observando a Matt y a Violeta, uno a cada lado del pelinegro— No podemos pretender que tendremos vidas normal en esta condición..
Violeta suspiro, colocándose de pie. Matt hizo una mueca de molestia pero ella la ignoró, entendía bien de que hablaba Vanessa y ella tampoco estaba dispuesta a seguir su vida de esa forma.
—Jean, sabemos que esto es difícil para ti, pero, nuevamente —su padre se reclinó contra la ventana del frontis de la casa, recibiendo la atención de los demás— ... estas alejando a las personas que te quieren. Al no pode escucharte nos sentimos excluidos. Ya antes era difícil hablar contigo... imagina lo que es para nosotros.
—Tu padre tiene razón —dijo Drake sonriendo a pesar de la situación— Hasta las mascotas se comunican más que tú... y eso que no tenemos mascota.
Michael empujo a Drake, haciéndole tropezar para después abrazarlo por los hombros.
—Jean, no vamos a tomar una decisión por ti, pero solo considerarlo —suplico Mich, quien lucía una barba bien cuidada y corta.
Jean hizo ruidos de protesta mientras se sacudía que el cabello. Como cada vez en la que no sabia que hacer, sus ojos buscaron instintivamente a su abuela, quien estaba sentada en un sillón aparte en la pared contraria.
Vanessa se separó un poco del grupo, sacando su teléfono marco y luego colocó el aparato cerca de su oreja para hablar.
Vanesa! ¿Donde demonios estás? Vail dijo que habías salido.›, la voz del otro lado pertenecia a su hermana, todos podían saberlo antes estar de pie a pocos metros de ella.
—Pues tiene razón, salí —Vanessa giro el rostro para ver a Jean-, definitivamente.
‹¿Que? De que estás hablando? Vanessa, ¿donde estás?›, Taffyta parecía haber votado algo al suelo, porque un gran ruido se hoyo desde el móvil
—Estoy en casa de Jean, y de hecho te llamo para pedirte que vengas aquí cuando tengas tiempo —la castaña espero, formando una sonrisa fugas ante la atenta e incrédula mirada de Jean.
Van, no quiero volver ahí, Seri es mi hogar ahora›, susurro. Jean se extraño al no oírla regañar a su hermana por estar allí.
—Lo sé, es tu lugar pero no te pido que vuelvas para siempre, solo necesito que perdones a Jean —Vanessa se sentó sobre el apoya brazos del sofá, mientras los demás cuchicheaban entre ellos.
... Lo pensaré›, le contesto su hermana, soltando un fuerte suspiro.‹Pero no pienses que es porque no pueda, es solo que...›
—Ikarim, lo sé. Ya hablamos de eso —ambas hablaron muy tranquilas para sorpresa de los presentes. Vanessa colgó la llamada luego de despedirse.
—Vaya, al parecer te has vuelto una chica muy independiente este último tiempo —la alabo Marcus, sacando risitas de Emilia.
—Cada día es más linda e inteligente, ¿Quien más podría ser la pareja de este lobo caprichoso y testarudo? —Emilia pellizco la mejilla de la chica antes de pasar a la cocina seguida de su marido.
—Supongo que ya lo regañamos lo suficiente —le dijo Drake a Mich, quien asintió.
—Vanessa se encargará, así que esta bien.
Ambos se fueron a sus habitaciones a descansar después de ello. Incluso Matt y Violenta se levantaron para irse luego de un rato.
-—Bien, solo me falta Oliver... —la decidida joven se acercó a la abuela Maggie para hablar con ella— Abuela, ¿Sabes donde lo puedo encontrar?
—Mhmm.. mi nieto dijo que volvería dentro de dos semanas —la anciana metió la mano al interior del bolsillo de su chaleco, sacando un papel arrugado que le ofreció a Vanessa— Aquí está su número, puedes hablar con él si lo deseas.
Vanessa le agradeció y se devolvió a su asiento, acariciando la frente de Mi Young que dormitaba sobre las piernas de Jean.
«Estas haciendo cosas innecesarias, deberías calmarte», le comento el, jugueteando con las patitas delgadas de Mi Young.
—Calmarme.. Jean, no seas idiota —gruño ella, registrando el número de Oliver en su móvil— Sabes, allá no solo aprendí a luchar si no que también me ayudaron a despertar como alfa y te aseguro que está líder no deja las cosas a medio hacer, así que tú recuperarás tu voz y guiaras a esos pobres lobeznos después, ¿de acuerdo? —Vanessa tenía el ceño fruncido al igual que los labios y miraba a Jean con una resolución absoluta.
«Ah, me encanta cuando se enfada... me dan ganas de besarla», pensó Jean, compartiendo su diálogo interno con Vanessa sin querer.
—Jean, ¡inmaduro! ¡¡Presta atención a lo que te digo!! —dijo ella apenada.
«¡N-no fue mi intención! No te diría algo así de vergonzoso a propósito...», murmuro escondiéndose detrás de un cojín.
—Sea como sea.. —escucho decir a Mi Young desde sus piernas, viendo a la pequeña criatura estirar sus huesos antes de saltar al piso— Vanessa tiene razón, un buen líder se sacrifica por los demás y da todo de sí para que su grupo este lo mejor posible.
Jean elevó el dedo índice, colocándolo frente a sus labios. Literalmente, quería decirle que se callara, e incluso le lanzó uno de los cojines del sillón.
—Oye, no trates así a la niña —dijo Vanessa golpeando su brazo— podrías herirla.
«¿Niña? ¡¡Tiene más de mil años!! Además, si quería esquivarlo bien pudo hacerlo», se defendió el. Empujando a Vanessa para alejarla de el.
—Ah~ —Mi Young bosteza, comenzando a girar en círculos lentamente— No importa. Lo único que quiero es que Jean sea libre, hasta ese momento soportaré las almohadas que sean.
—Que horrible trabajó —Vanessa se acurrucó en el sofá, colocando los pies descalzos sobre los muslos de Jean—, deberías ser más conciente de las personas que sufren por tu culpa.
Jean bufo, apretando el dedo pulgar del pie derecho de Vanessa.
«Soy conciente, ese es el problema. No quiero que Sik, Libni o Careen pasen lo mismo que ustedes... », confesó, apretando en otro pulgar de la muchacha.
—Jean debería pensar más en lo que él quiere —dijo Mi Young, atrapando una de sus colas con las patas, jugaba de la misma forma que un gato— El que intentes protegerlos demuestra que no estás pensando en ti. Eres un alfa, admitelo, te mueres de ganas de cuidar de todos ellos.
El chico hecho la cabeza hacia atrás. Mi Young lo había pillado, no podía decir que no era cierto.
«Entonces, solo por esta vez... Quiero hacerlo. Quiero volver a una manada..», pensó para sí.
Pues hazlo —dijo Mi Young, como si entendiese todo lo que pasaba por su cabeza.
Jean respiro ondo, girando para mirar a Vanessa.
«Llama al Gran Consejo, diles que iré a ver a Cassandra. Tu ve con Oliver, tráelo de regreso y convence a tu hermana», su voz, aunque fuese mental demostraba seguridad.
De un momento a otro Vanessa estaba besandolo profundamente. A pesar de la conmoción, Jean se las arreglo para corresponder aquel beso. Al separarse ella tomo su móvil de otra vez para comunicarse de inmediato con el Gran Consejo.
—Hey~ —Mi Young salta hacia el sofá, mirando a Jean con diversión en su peludo rostro— Por fin conseguiste ese beso, ¿eh? Seguro quieres más, ¿no? —Mi Young rió estrepitosamente al ver el rubor subir por las mejillas de Jean, quien intentaba dejar de sonreír​.
El lobo saco su teléfono y texteo, enseñando lo que había escrito a su amiga gumiho.
«Gracias por todo. Sin ti nada de esto sería posible. Espero que se consigas lo que has venido a buscar... y por sobretodo, gracias por elegirme. Me gusta ser tu amigo». Al terminar de leer, pudo ver la sincera sonrisa de Jean y, a pesar de sentirse feliz por y por los avances del asunto, no podía evitar que cierta parte de ella sufriera al pensar en que pronto todo acabaría.

Lazos Eternos [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora