El dolor de un mitad lobo.

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Jean: Ya tengo los pasajes, aunque Mi Young y yo juntamos solo la mitad.

Vanessa: ¿Y lo demás? :/ ??

Jean: Ah~ Libni, Sik, Matt, Careen e incluso Violeta, que quería que llamase a un halcón... xD todos aportaron algo.

Vanessa: Violeta es algo especial 👾

Jean: Este grupo esta lleno de gente especial... De todas formas, ¿tu no piensas volver? Estas tardando mucho 😡

Vanessa: . . . Buenas noches, Jean ✌

Jean: Por favor, siempre me dejas hablando solo!

Vanessa: 😁😘 Love me~ baby.

«Se está volviendo rebelde...», le comento a Matt. Ambos estaban en la comodidad de sus respectivas camas, pero la distancia era tan corta que podían comunicarse sin problemas, algo que, extrañamente, no habían logrado hacer hasta hace unas semanas atrás.
«Ya no es tu subalterna, si no tú co-capitana, acéptalo», le contesto Matt.
«Eso es una cosa diferente, ella actúa tímida y callada, y luego es más valiente que un león y más atrevida que un ladrón! Me gusta, pero no la puedo manejar», continuó quejándose.
«Y tu a veces eres un líder serio y estricto, y luego eres un niño despistado y perezoso», dijo en tono de burla.
«... No soy perezoso», replicó con voz calmada, «es solo que hay cosas que no me gusta hacer».

—Esta helado~ —Se quejo Mi Young, dando brincos alrededor de Jean— ¿Estaría mal si tomo mi forma animal?
—Si haces eso te llevarán los de la perrera —se burló Matt, colocando el pie en el momento preciso para hacerla caer de bruces hacia el suelo.
—¡Estúpido pelirrojo! ¡Sufrirás mi ira! —grito, disminuyendo de tamaño antes de salir corriendo a cuatro patas en su forma de zorro para perseguir a Matt.
—Quien hubiese imaginado que serían tan unidos, ¿no? —comento Violetta, apoyando la espalda en un viejo árbol.
«Yo lo hice», le envío Jean, sonriendo de medio lado con orgullo «Matt es alegre y ama la naturaleza, y.. Mi Young es prácticamente una mascota».
—No entiendo si eso es bueno o malo... pero.. tienes razón —rió Violeta. Las clases de lenguaje con Mi Young le habían servido un montón, pero conservaba ese acento especial del lyha al hablar.
Jean se estiro, mirando a Sik y a Libni jugar un poco en el suelo húmedo. El moreno estaba transformado y corría tras el hueso para perros que Libni le lanzaba, y Careen, sentada a los pies de Jean, afinaba su rabel con sumo cuidado.
—Listo... —dijo Careen triunfante, frotando las cuerdas con delicadeza.
El sonido de su instrumento era agudo, pero bastante agradable, como lo que esperas oír en una canción medieval. De esa misma forma tocaba ella, música alegre que impulsó al grupo a reunirse en un círculo y bailar, dando giros, saltos y aplaudiendo al compás. Solo Matt, Violeta y Careen, quien tocaba y danzaba a la vez conocían los bailes típicos de los lobos, pero, los demás no tenían problemas para seguirlos, como si llevasen las canciones de su pueblo en la sangre.

Cuando la música se detuvo, los lobos se tendieron en el piso, exhaustos.
—Wuh... No recordaba lo... cansado que era... —jadeo Matt, riendo feliz.
Jean, suspiro, mirando a ambos lados. El grupo estaba lleno de caras sonrientes y rosadas, que agradecían el frío rocío que comenzaba a caer del cielo.
Aquel sentimiento de felicidad le recordó a su primo, preguntadose si eso era lo que Oliver había estado viviendo, lo que generó un vacío en su corazón. Tal vez no lo expresase habiertame, pero había crecido con Oliver, y lo quería tanto como a sus hermanos mayores y lo extrañaba más de lo que el mismo sabía.
—Había hecho esto una vez en el pasado —confesó Mi Young, recogiendo su largo cabello blanco en un tomate—... Pero estaba ebria...
Matt la golpeó en el brazo, pero solo hubo risas de parte de ambos.
—No digas cosas así delante de los niños — la reto Violeta, sentándose con tranquilidad, de todos, era la que tenía mejor condición física y estaba además, acostumbrada a ese tipo de bailes.
—Todos ustedes son niños, lobos peludos —murmuro Mi Young, estirando las manos a la loba para que la levantara.
Careen se ríe despacio antes de mirar a Libni con el ceño fruncido, colocando el dorso de la mano sobre la mejilla del chico.
—¿Te sientes bien? Hay manchas extrañas en tus mejillas —sus palabras de preocupación llamaron la atención de todos los presentes, que se sentaron rápidamente para mirar al albino.
—E-estoy bien.. no me miren así —murmuro el, tapándose la cara y sentándose también.
—¿Entonces? —insistió Violetta, tomando sus manos y apartando las de su cara.
Tenía el rostro colorado por el cansancio, pero no era eso lo que llamaba la atención de los lobos y Mi Young, si no que eran las extrañas marcas blancas y ovaladas en su rostro lo que les sorprendía.
—Oh... ¿Que son esas cosas? — pregunto Matt, tocando su mejilla— ¿te duele?
Libni se safo del agarre de Violetta, poniéndose de pie.
Jean pudo sentir un dejo suavemente a amargor desde el pequeño cuando los demás comenzaron a hacer preguntas, por lo que, extrañado, les hizo señas para que guardasen silencio. El frío viento se interpuso entre ellos por unos segundos en los cuales Libni se mantenía de pie en medio de los demás, incapaz de hacer algo más. Jean, de entre todos ellos, creía entender lo que el cuervi-lobo estaba sintiendo, podía olerlo, ese amargor sutil, similar al de los Halley.
«Me gustan...» escribió, colocando su móvil frente a la cara de Libni quien se sorprendió un poco, para luego hacer pucheros.
«Son plumas, ¿Verdad?», volvió a escribir.
—¿Plumas? —leyó Mi Young, abriendo la boca un poco para luego sonreír— Claro, plumitas blancas... ¿pero, no deberían ser negras? Nadie puede verlas de esa forma...
Libni suspiro, desviando la mirada un segundo antes de contestar.
—Lo son... Tienen una capa de blanco para que no se vean... —volvio a sentarse esta vez con las piernas cruzadas, mientras colocaba las manos cerca de su boca para taparla.
Matt arrugo el entrecejo, y miro a Jean, quien abrió los brazos en dirección a Libni, al pequeño le tomo poco para acercarse a aceptar el abrazo del pelinegro.
«Creo... Lo lamento... No sabía que te sentías de esa forma aun», envío al chat grupal, obligando a sus amigos a sacar sus teléfonos para leer, pero Libni no dijo nada.
«Pero te agradezco un poco... Creo saber lo que pasó con los Halley...».
—¿Eh? ¿De verdad lo entiendes? —pregunto Matt, confundido al igual que el resto.
Jean asintió, soltando a un más calmado, pero avergonzado Libni.

Lazos Eternos [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora