El Viaje De John [McLennon]

El principio del fin

Hay muchas cosas que quiero decirte, John. Tantas que probablemente ésta hoja no me alcanzaría para expresar todo lo que quiero, pero sin duda, hay un tema en estos momentos que es más importante de tocar para nosotros dos: Dentro de cuatro días será nuestra boda.

No sabes lo feliz que estoy de que al fin podamos unir nuestras vidas en un lazo más íntimo He soñado con esto por años, ya sabes... Tú y yo, en el altar, frente a las personas que tanto apreciamos y que tanto nos han apoyado; declarándonos uno propiedad del otro, sellando una etapa tan especial como lo es el matrimonio.

He de suponer que también estás feliz, ¿verdad? Pues si no mal recuerdo, estabas tan emocionado planeando la boda que jamás notaste que yo estaba conspirando contra ti, haciendo esta carta a tus espaldas.

Así es, sigo comportándome como todo un colegial que escribe cartas de enamorado.

En fin, lamento que nuestra boda haya tenido que ser tan precipitada por mi situación, pero al parecer la vida así lo quiere y no puedo hacer nada contra ello. El cáncer me está matando, lo sabes.

Hey, John... Amigo y compañero de vida.

El motivo de ésta carta no sólo es para comunicarte lo feliz que estoy respecto a nuestra boda, no. Antes que nada quiero que sepas que escribí esta carta, junto con otras, a las personas que más impacto tuvieron en mi vida.

Así es, Johnny. Sabes perfectamente a quienes me refiero y es por eso que quiero pedirte un favor.

Quizás, el favor más complejo de toda tu vida.

El día de nuestra boda te entregaré las cartas de las que te he hablado (a excepción de la tuya claro está, pues la estás leyendo), antes de que el juez llegue a casarnos. Las tomarás con mucha discreción para que los chicos no te vean y las esconderás donde tú creas que es conveniente. Nadie debe saber de ese escondite, ni siquiera yo. He escrito bastantes cosas de las cuales creo que me arrepentiré después, pero no puedo echarme para atrás en estos momentos. Quiero ser muy claro y directo respecto a lo que siento.

Ahora, una vez que las hayas resguardado, te pido que no las entregues hasta que yo haya muerto. Quiero evitar que me busquen para hablar o para llorar, lo único que quiero es que se lleven una parte de mí antes de que mi cuerpo quede sepultado por completo en un ataúd frío y asfixiante... a 3 metros bajo tierra.

Por favor, presta atención.

Necesito que estés presente cuando las lean, pues he escrito cosas en cada una de ellas que te involucran y que mereces saber. Incluso habrá una persona a la que tendrás que buscar con mucha paciencia, pero no te diré quién es.

Aquí, John. No te distraigas.

No las abras antes de tiempo. Si lo haces, voy a enterarme y tendré que molestarte por las noches para que aprendas a respetar los deseos de un muerto. Y no, no es broma.

Johnny boy, no creas que eso es todo.

Dentro de cuatro días te diré algo muy importante, algo que jamás creí que fuera posible en mi vida. No puedo decírtelo por aquí, pues es algo muy serio y... Agh, está bien, no me hagas esa cara. Te daré un pequeño adelanto:

Entre las muchas pláticas que tuve con Ringo meses atrás en Liverpool, me animó a tomar una decisión que creo nos hará muy felices a ambos en estos tiempos tan difíciles

Y eso es todo. En cuatro días te lo diré con calma. Y si por mala suerte algo nos surge de imprevisto y nos lo impide... recuerda que las palabras lo son todo.

Gracias por enseñarme a creer en la vida, Johnny. Por mostrarme que todo lo que se necesita para ser feliz es amor. Me iré tranquilo al saber que morí en los brazos del hombre adecuado... Un hombre que me amó a pesar de que yo significara en un futuro la perdición de su mundo.

Te veré en la otra vida, John, en un lugar donde no exista el tiempo ni la crueldad del ser humano. Donde podamos tomarnos de las manos, profesar nuestro amor y permanecer ahí por el resto de toda la eternidad.

Te ama, Paul.

31-06-1965.