El Viaje De John [McLennon]

Capítulo 3

"Bienvenidos a la ciudad de Liverpool"

Solté un suspiro de alivio al leer el letrero y aceleré un poco más para no perder más tiempo. Sino mal recordaba, Paul vivía en el 20 Forthlin Road, así que esperaba encontrar ahí al Sr. McCartney.

Conduje impaciente algunos minutos más y, cuando di con la calle, apreté con aprensión el volante del auto. Habían pasado ya bastantes años desde su amenaza, y el sólo pensar que el padre de Paul seguía odiándome me causaba una molestia en el pecho. James McCartney era un hombre imponente cuando se trataba de una situación seria y eso me ponía nervioso.

Estacioné el auto frente a la vieja casa y bajé de él junto con las cartas correspondientes. En lo que cruzaba el jardín, me pasé una mano por el cabello y me ajusté los lentes. Mi respiración se cortaba por momentos, pero lo ameritaba al nerviosismo por el que estaba pasando. Me detuve frente a la puerta blanca y toqué tres veces; pasados unos segundos alguien me abrió.

Y ese alguien era Mike.

—¿En qué puedo ayudarlo? —Me preguntó cortésmente sin reconocerme, pero cuando fijó la mirada detenidamente en mí, se tapó la boca con una de sus manos.

—Mike —Le dije con voz temblorosa —Yo...

—¿Qué haces aquí, John? —Se le notaba perturbado y yo me quedé mudo un momento —¿Qué haces aquí?

Mike y yo llegamos a ser alguna vez buenos amigos; a pesar de que James McCartney me cerró las puertas de su casa, Mike jamás me dijo lo mismo. La última vez que lo había visto simplemente se despidió de mí con un asentamiento de cabeza y jamás volví a toparme con él aunque seguíamos viviendo en la misma ciudad.

—Yo...

—¿Quién es, Mike?

Mierda.

—Es John, papá.

Tragué en seco e inconscientemente apreté las cartas que escondía detrás de mi espalda. No me sentía capaz de enfrentar al hombre en esos momentos, ahora sólo quería salir corriendo de allí. No podía soportar el desprecio una vez más... ya no.

—¿John? —el rostro de James, más avejentado y con un aire de tristeza, se asomó por la puerta. Su mirada no tardó en reconocerme como pasó con Mike minutos antes y eso me alarmó —Te dije que te alejaras de esta casa... ¡Creí haber sido claro!

—Señor, por favor escúcheme —dije atolondrado y James hizo a un lado a su hijo para poder encararme —Yo...

—¡Lárgate de una buena vez! —me interrumpió —¡Ahora! —James intentó cerrar la puerta, pero yo fui más rápido y se lo impedí metiendo la punta de mi zapato por debajo —¡¿Cómo te atreves?!

—Papá, ya basta —Mike lo tomó por ambos hombros e intentó tranquilizarlo —Te hará daño ponerte así... John, por favor vete.

—Necesito que me escuchen —les tendí las cartas a cada uno y Mike fue el primero en tomar una.

—¿Qué es esto?

—Preferiría hablarlo dentro, si no les molesta —comenté intentando controlarme, pero James me miró incrédulo aún sin tomar la carta que yo le estaba extendiendo.