Capítulo 12 "No te vayas"

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Pasaron 1 año, 2 meses, 22 días y 20 horas desde el primer crucero, el trabajo era ameno, y mi 'relación' con Michael era más cercana con el pasar de los días. Los "Te quiero" se habían repetido un par de veces, no había vuelto a la casa de Michael y mi lugar secreto era tan secreto como siempre. Hasta ahora éramos dos buenas personas con una conexión extraña que habían conseguido rentar un muy pequeño departamento a las afueras de la cuidad para no visitar hoteles y deber ninguna explicación a nadie.

-Llegas tarde -le lancé un cojín directo a la cara.

-Hey, las cenas con mi familia tienden a alterar mi estado de ánimo.

- ¿Por qué?

-Mi familia no es muy bella.

-No hablaba de eso.

Hasta ahora tanto Michael como yo habíamos logrado tener buena comunicación, el confiaba en mí tanto como yo confiaba en él, y aún así había espacios en blanco, hablábamos de como veíamos al mundo, de la diferencia entre nosotros y el resto de la sociedad, pero nunca hablamos de nuestras familias. Yo tenía armas para evitar el tema y luego descubrí que él también. No necesitaba hablar de mi familia, los problemas con mi madre eran casi irrelevantes, pero el estrés de Michael por su familia, era evidente.

-No quiero hablar de ellos.

-Lo necesitas y lo sabes.

Se sentó al borde de la cama y justo al instante se tiró de espaldas.

-Mi madre quiere despedir a Monique, cancelo el crucero de este año para no darle la satisfacción de verme de nuevo golpeando la pared con mi cabeza.

- ¿En realidad hacías eso?

-Una vez, de esa manera tan literal.

- ¿Y tú qué piensas?

-No soy un niño estúpido, ya tengo la edad suficiente para defenderme solo. Mi madre debe entenderlo. ¿Qué hará después de esto? ¿Poner una orden de restricción?

-Continuas siendo su niño. Ella debió verte sufrir mucho durante su -guarde silencio, no sabía mucho de lo suyo con Monique, no entendía con exactitud cuál había sido el título elegido por ellos-... ¿relación?

No me agradaba imaginarlo, me daban náuseas pensarla en una relación como nosotros en esos momentos.

-Hey -me tomó la cara entre las manos.

Había trepado por la cama directo a mí.

-No fue nada de esto.

-No necesitas darme explicaciones.

-Sí, lo necesito.

-Michael, no puedes quitarle relevancia, lo sabes.

-Lisa -suspiró.

-Ella es importante, tus acciones depende de su humor.

-Eso no es verdad -frunció el ceño cual niño pequeño intentando tapar alguna de sus fechorías.

-Lo es, necesitas de una vez por todas aceptar esos sentimientos por ella.

-No puedo -se sentó a mi lado-. Lisa no siento nada por ella.

- Esto no es simplemente deseo, Michael estás enamorado de ella.

Tomó mi mano y la apretó al principio muy fuerte, después la dejo ir.

-Por favor, nunca vuelvas a decir nada como eso. Yo no estoy enamorado de ella, no lo he estado nunca.

-No te pierdes de esa manera por alguien a quien no amas.

-No era amor.

-Nunca quieres aceptarlo.

-No quiero discutir esto de nuevo.

-No estamos discutiendo.

-Lisa, quiero estar contigo, quiero tener esto únicamente contigo. Ella está cerca, ella puede estar en la misma cama conmigo, puede usar ropa como la tuya, pero no es tú. No pienso admitir un sentimiento inexistente, ¿de acuerdo?

-Todo puede ser más fácil.

-Nada va a ser más fácil -sentencio abandonando su lugar a mi lado.

-Si logras mantenerte alejado y no haces alarde de sus poderes sobre ti, todo será más fácil.

- ¿Poderes?

-El hacerte sentir impotente, cuando tienes un humor de perros luego de haber hablado con ella.

Se quedó estático en el mismo lugar. ¿Cuánto más me hacía falta para hacerlo reaccionar?

-No quiero serlo, no deseo parecer vulnerable frente a ella, y aún así no puedo -dió un par de pasos en retroceso chocando contra la cama-. No la quiero cerca, no quiero regresarle el poder.

-La quieres.

-No. Son los recuerdos.

- ¿Recuerdos?

-La presa de un mañana y un cielo estrellado.

-Michael...

-Nunca podré sacarla de mi vida, porque ella me recuerda a la impotencia de no amar.

Se dejó caer de nuevo, su espalda comenzó a sacudirse e hice a un lado las sábanas para poder abrazarlo por la espalda. Por primera vez lo estaba viendo llorar. Las lágrimas saladas cayeron sobre su camisa, oculto la cara tras sus manos para evitar cruzar su mirada con la mía. Me senté de cuclillas frente a él.

-Hey -puse mis manos sobre las suyas logrando retirarlas poco a poco. Cuando logré vislumbrar sus ojos marrones no pude evitar morder mi labio inferior.

Claramente su sonrisa era carismática, sus ojos brillantes por las noches eran como dos lunas, pero verlo llorar te causaba una enorme ternura, un vacío en el pecho y las ganas de aniquilar la razón de su llanto.

-Nada de esto es tu culpa.

-Lo es, lo es -sollozó.

- ¿Tú eres quién rompió la relación?

-Fui yo quien salió corriendo asqueado, quién no resistió el toque de sus manos.

-No lo entiendo.

-¡Nunca me acosté con ella! -me grito en la cara. La tristeza se consumió por la rabia-. No puedo tocarla, no puedo... ¡No puedo!

Se levantó de la cama, me hizo perder el equilibrio y lanzó la lámpara en la mesa de noche contra la pared. Inspiró bruscamente me tomó por los brazos para levantarme, me besó, de una manera busca, el beso era exigente, casi podía sentir su ansiedad penetrar mis labios, se volvió rudo, insaciable.

-¡Ya basta! -lo empujé-. Yo no soy tu consuelo.

Tomé mis cosas para poder salir corriendo de ahí, había arruinado el día, era suficiente para mí.

- ¿A dónde vas? -se le rompió la voz.

-Lejos de ti.

-Por favor, no.

-Estoy cansada, no quiero estar aquí.

-No te vayas. Lo siento, realmente yo... perdóname.

- ¿Por qué lo haces?

-No lo sé, te lo juro, no puedo controlarlo.

-Me quedaré con una condición.

-No hagas esto.

-Quiero saber lo que sucedió con Monique, necesito entenderlo.

-No quiero, no lo hagas -suplicó.

Tomé el pomo de la puerta y lo giré.

-Lisa, espera.

-Ese es mi precio -terminé por abrir la puerta.

No dijo nada, lo miré por unos segundos, pero era suficiente. Crucé el umbral de la puerta y...

-No te vayas, te lo diré.

Soñando El Mismo SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora