Capítulo 25 "Idiota"

152 15 18
                                    

-No eres tan inteligente como tu IQ lo sugiere.

Rodó los ojos con molestia, tal vez de ser más alta ya me habría golpeado la cabeza de mil maneras posibles, estaba algo molesta por no decir furiosa porque casualmente mi rutina no era la mejor manera de hacer volver a Lisa.

- ¿Podemos discutir esto después?

Tenía miedo de escucharla gritar en cualquier momento.

-Claro, en su boda -comentó sarcástica cruzando los brazos-. Oh, es verdad, tú no serás invitado.

Sus ojos oscuros me hicieron sentir minúsculo, esa postura tan amenazante me hizo plantearme la posibilidad de salir de mi oficina mientras Cressy me sostenía de la manga para obligarme a disculparme con Lisa. En ese instante no parecía tan mala idea.

Había vuelto a mis pasos solitarios en un abrir y cerrar de ojos, los días habían pasado entre bares, pero no había logrado congeniar con nadie, no miraba a ninguna chica sin antes buscar a Lisa entre el mar de caras desconocidas, mi posición ahora era el del pobre chico vulnerable y abandonado, habían pasado ya 20 días desde nuestra separación, 20 días desde aquel último beso y a veces al despertar olvidaba como nuestra rutina se había terminado.

-Cressy, no quiero hablar de eso ahora, tal vez el tipo no sea nada importante para ella, él no es su estilo.

- ¿Cuál es su estilo? ¿Tú?

El comentario logró herirme, sí ella estaba molesta debía por lo menos imaginarme cómo era encontrar a Lisa de la mano de alguien más, no tenía ni idea de cómo estaba sintiéndome, la cabeza me dolía como si tuviera resaca, tenía tantas ganas de llevar a Lisa conmigo y mantenerla atada a la cama sí era necesario para evitar volver a verla con ese tal Oliver.

-Por favor, hablemos de esto más tarde -le rogué una vez más.

- ¿Cómo se llama él?

-Oliver, es del departamento de periodismo.

- ¿Oliver Tod?

Me encogí en los hombros.

- ¿Recuerdas una de tus últimas aventuras en el baño de mujeres?
Intenté recordar quién había sido la última chica en entrar ahí conmigo.

-La chica comprometida -me aclaró.

Me mordí el labio inferior al recordar ese momento tan bochornoso, el restaurante, Gena su novia, un intento de comida romántica y él, esa entrada triunfal por la puerta principal con la cara roja por el coraje, me gritó idiota mil veces antes de querer golpearme por haber arruinado sus planes al acostarme con su prometida.

-Ese día conocí a Lisa -le aclaré fijando en mi memoria ese 8 de Agosto-. Ella nos vió en el baño.

-El encuentro perfecto para una primera impresión.

-Cressy, realmente no quiero hablar de esto ahora.

No podía imaginar cómo serían los próximos meses de mi vida, extrañando a una mujer, buscándola en los brazos de alguien más y verla salir con otros hombres, mostrarles su sonrisa brillante, atraparlos en sus ojos verdes, no, imposible.

-Estas enamorado, Michael.

-No -respondí tan rápido como me fue posible.

-Ustedes son el colmo de la terquedad -dijo y de nuevo puso los ojos en blanco-. Ambos lo están, planeaban como escabullirse para estar juntos, eso hacen las personas enamoradas.

-Amigos, también lo hacen los amigos y para tu información no estoy enamorado, la extrañó como extraño la papilla casera de mi madre.

-Entonces piensas dejarla como dejaste la papilla.

No había sido un buen ejemplo, la papilla me gustaba, pero nada podía comprarse a mis sentimientos por Lisa.

- ¿Cuál es el problema con estar enamorado?

-El amor implica muchas cosas, complicaciones, molestias, es amor, nosotros somos prácticos, no funcionó y es hora de olvidarlo, pasar la página.

- ¿En serio?

-Es lo mejor, esa fue una decisión entre ambos.

-Tú no estabas de acuerdo hasta donde recuerdo.

-No, no lo estoy, pero ella tenía razón. Puedo verla, puedo compartir mi área de trabajo con ella, y de haber sido de otra manera, no podría ni mirarla a los ojos.

Se acercó hasta la silla frente a mi escritorio, tomó asiento mirándome fijamente sin despegar su mirada de la mía en ningún momento.

- ¿La quieres?

-Sí.

-Habló de hoy, el día de hoy, mientras me miras en este instante con ella al otro lado de la puerta, ¿La quieres?

-Sí, la quiero, la quiero como la quería ayer e inclusive más.

Me tomó la mano derecha para acunarla entre las suyas.

-Deja de huir de tus sentimientos, cuando dejes de hacerlo, ella también podrá aceptarlos, no antes.

El silencio nació de ambos, extrañaba a Lisa, la extrañaba mientras mientras me preguntaba si podía perder su recuerdo en el fondo de una copa o buscar a una chica similar para no pensar en sus ojos, en como me atrapaba de un momento a otro con su simple mirada.

- ¿Y sí ella no quiere volver a lo de antes?

Se encogió en los hombros.

-De algo puedo tardar segura, ella te quiere tanto como tú a ella, no sabrás cómo se siente o si está dispuesta a volver contigo hasta intentarlo.

¿Así era el amor? Todo se complicaba por el simple hecho de ser amor.

-Todo va a estar bien, incluso si ella no quiere estar contigo.

- ¿Cómo lo sabes?

-Eres Michael Jackson, Michael Jackson siempre consigue lo que quiere, ¿O no?

Me hizo sonreír.

-Deja comportarte como un idiota y pretender estar de acuerdo en poner distancia cuando quieres volver a tenerla cerca.

Asentí, el reloj marcaba las 2 menos 10, era el momento perfecto para poder tener una ligera charla con Lisa. Abandoné mi oficina y apenas miré en dirección a la puerta lo vi ahí esperando mientras miraba las puertas plateadas del ascensor.

- ¿Puedo ayudarte en algo? -comenté caminando en su dirección.

-Estoy esperando a Lisa.

-Lo siento, ella no puede salir.

-Pero...

-Deberías irte.

-No sin mí -la voz de Lisa se escuchó a mis espaldas-. ¿No puedo salir? ¿Acaso eres mi padre?

- ¿Podemos hablar? -la tomé del brazo antes de darle tiempo para discutir, la llevé hasta su escritorio-. No puedes irte con él, quiero hablar contigo.

-Hablaremos cuando terminé de comer.

-Quiero hablar contigo ahora.

-Entonces hazlo rápido porque alguien está esperándome.

-No, no vas a irte con ese tipo.

- ¿En serio? -habló con sarcasmo-. Pareces molesto.

-Estoy molesto, me doy la vuelta y entonces tú te vas con cualquiera, no me dejas estar contigo, yo no puedo quedarme contigo, pero ese imbécil sí.

-No quieras armar una escena, si no mal recuerdo, tú también estabas con alguien.

-Es diferente.

-Es lo mismo. Ahora, con permiso.

La tomé del brazo de nuevo.

-Cuando duermas con él piensa en mí, para él sí eres una más.

No le tomó mucho estampar su mano contra mi mejilla.

-Eres un idiota.

La bofetada no me dolió tanto como verla irse con él.

Soñando El Mismo SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora