Capítulo 14 "Al descubierto"

167 17 14
                                    

Terminamos por ver una película en silencio, mi compañero de cada tarde había vuelto a la normalidad, sus ojos no eran llorosos y la tranquilidad volvió a ambos.

Había tomado mi mano desde ese momento sin soltarla, me sentí como una tabla de salvación a mitad de una tormenta, la balsa para un náufrago, al parecer el asunto de Monique era delicado por su manera amenazante de ser, logró hacerlo avergonzarse de si mismo hasta el punto de esconderse tras su virilidad.

¿De verdad nadie se había tomado la molestia de conocerlo de verdad?

Era un hombre divertido, tierno, era capaz de enamorar a una chica sin necesidad de llevarla a la cama, le bastaba una sonrisa cada mañana o un par de detalles como una rosa, una plática tranquila, él era capaz de dar pequeños detalles que se convertirían en grandes sentimientos.

A veces me sentía presa dentro de su vida, lo quería, sin dudarlo, pero me afligía su estado de soledad. Era su única amiga y al parecer quien estaba dispuesta a pasar las tardes y noches en su compañía, ¿Qué haría él si algún día deseaba irme?

Perdí el hilo de mis pensamientos, no entendí cuál era la razón de tener esa pregunta presente, y lo más importante era, ¿Por qué me iría?

- ¿Te gustó el final? -interrogó.

Me había perdido no solamente el final, sino la mitad de la película y para mi mala suerte tampoco recordaba el nombre de esta.

-Claro.

- ¿En serio? -frunció ligeramente el entrecejo con una sonrisa discreta.

-Cada final tiene una justificación, a veces es mejor...

-No ha terminado.

Me sentí totalmente ridícula recitando aquel discurso para justificar mi falta de atención, al final suspiré aceptando mi culpa.
-Lo siento.

-Piensas demaciado.

Bajé la mirada a un punto vacío en la cama. Él tenía razón, pensaba demasiado en las consecuencias de actos que aún no se habían realizado.

Me tomó la barbilla, lo mire directo a los ojos, algo me estaba molestando, no lograba entenderlo.

- ¿Estás bien?

-Sí, estaba pensando en el crucero al cual no asistiremos. Me agradaba la idea de pasar tiempo a mitad del mar, olvidarme del mundo por un par de semanas, no escuchar el teléfono sonar, no sentirme culpable por pasar más tiempo del debido con mi jefe.

- ¿En serio quieres ir?

-No quiero ponerte en una circunstancia incómoda enfrentando a tu madre, ella sabe suficiente de mí y con suerte apenas se está olvidando de mi existencia.

-No contaría tanto con eso -abrió los ojos sorprendido por su propio comentario, al parecer no había sido su intención.

- ¿Cómo?

-Eres una chica especial, mi madre te dió un ascenso en un departamento distinto al tuyo, admira tu trabajo sin duda alguna, a veces le agrada hablar de sus empleados llenos de pasión por su trabajo como tú.

Emanaba los nervios por cada poro de su piel, quitaba su mirada de la mía por segundos anunciando su estado de ansiedad.

-Le hablas de mí a tu madre, ¿cierto?

-Lisa, no es como piensas.

- ¿Lo juras? -recurrí a mi sarcasmo habitual para reprobar sus acciones.

Ya había dejado de ser la invisible Lisa para convertirme en uno de los temas de cada cena en la familia Jackson, tenía derecho a estar molesta. No me agradaba ser el centro de atención en ninguna conversación, sin embargo, Michael ya había logrado sacarme del anonimato hablando con sus progenitores.

-No eres el tema de cada noche si eso te molesta.

-No me molesta, nunca lo haría y por el contrario me siento tan honrada de ser tema para la familia de mi jefe. Jamás me creí tan importante.

El rojo se me subió a la cabeza, abandoné la mano de Michael cruzando los brazos como cualquier niño a mitad de una rabieta. Las mejillas me estaban ardiendo, el enojo iba en aumento llegando a niveles insospechados.

-Tranquila -insistió-. Aún no discuten sobre comerte viva.

-No lo entiendes.

Me cubrí la cara con ambas manos imaginando a todos los Jackson alrededor de una mesa redonda hablando sobre cómo Lisa había logrado llegar hasta su puesto y cómo pasaba casi cada tarde con el niño prodigio de la familia. Ellos debían insinuar una relación entre nosotros, después de todo éramos dos adultos durmiendo en la misma cama, compartiendo sábanas, frío y a veces sueños, estábamos ahí el uno con el otro averiguando cómo sobre llevar una relación sin parámetros en una sociedad llena de prejuicios y etiquetas.

-Mencionaron tu nombre, ¿bien?
-Me siento aliviada, gracias.

-No fueron mis padres.

Esa última frase logró ponerme sobre aviso.

-Fue mi hermana.

Tenía tres hermanas, ninguna había asistido a una cena familiar luego de haber cumplido la mayoría de edad. Él no guardaba una buena relación con ningún miembro de su familia, ¿Por qué su hermana sabría algo de mí?

-Ella te vio.

- ¿Cuándo? ¿Cómo? -no podía estar más alterada.

-Luego de terminar el crucero, cuando te llevé a la editorial.

Tenía un recuerdo vago de esos momentos, el auto, un poco de charla, un roce de labios antes de poder decir adiós a toda la locura en el barco.

-Había una chica. Ella estaba esperando un taxi como yo, uno se detuvo en medio de ambas, quise dejarla tomarlo, pero no acepto.

- ¿Cuándo fue eso?

-Cuando bajé del auto -me froté la frente con la muñeca-. Luego del beso.

Se frotó la barbilla un par de veces.

-Perfecto.

- ¿Cuáles fueron sus palabras?

Enmarcó una ceja.

- ¿Cómo salió a flote mi nombre?
-Ella no dijo tu nombre, se refirió a ti como la misteriosa chica del auto. Ninguno de ellos sabe con exactitud quién eres.

-Una ventaja.

-Escucha, quería encontrar una manera prudente de hablar sobre esto, necesitaba un muy buen pretexto para plantearte la situación, ya está hecho.

-Ellos no saben quién soy.

-Ellos saben de la chica dentro de mi auto y de Lisa.

- ¿Cómo saben de Lisa?

-Mi madre mencionó tu proeza al hacerme cantar.

Respiré hondo tratando de recuperar los estribos, había sido una cena, no debía preocuparme más de lo debido.

-Da igual -intente relajarme-. Fue un descuido, eso es todo.

-Mi madre quiere invitarte a cenar.

Soñando El Mismo SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora