Capítulo 28 "Por ti"

161 20 14
                                    

Todo parecía ser como antes, mirando por la ventana pensando en cuál sería el tema a tratar de esa tarde.

-Estaba a punto de entrar por ti.

-Lo imaginé.

-Siento portarme de esta manera, no es mi intención fastidiarte...

-Siempre te disculpas.

Analicé su perfil, el ceño fruncido, los labios secos.

-Cuando deberías pedirme una disculpa es cuando te disculpas tú.

Parecía confundido con la mirada puesta en ese camino por el cual habíamos pasado tantas veces.

-He comenzado a comprender algo de estos días -volví la mirada a la ventana-. No podemos evitar hacer esta clase de cosas. Pelear, gritar, perseguir. Pasamos 20 días sin vernos a la cara, yo me sentí sola, no es lo mismo volver a casa cada tarde luego del trabajo, no es lo mismo mirar películas cada lunes o visitar el cine, ni siquiera el almuerzo es lo mismo, de hecho te extraño bastante.

- ¿En serio? -casi susurro.

-Cuando me mudé a Montana creí extrañar a mi madre, pero ese sentimiento no se compara a mi forma de extrañarte. Lo cual es bastante estúpido de mi parte, principalmente porque fui yo quien te pidió terminar con esto. Pasé los primeros días pensando en cómo habiamos llegado a ese punto tan alto. Me recordó al crucero, yo estaba realmente decidida a no volver cruzar palabra contigo, sin embargo tú no estabas de acuerdo, me lo dejaste en claro cuando volvimos y para ser sincera tampoco quería terminar con todo lo ocurrido, ¿lo sabías?

-Tú me gustas, yo te gustó, no ví la necesidad de olvidarme de ti, no quería hacerlo. Tú tampoco lo deseabas porque tu sonrisa era diferente así como el brillo en tus ojos, tomé eso como una señal.

-Eso fue astuto de tu parte. Por primera vez en mi vida me sentí capaz de alejarme de la realidad, tenía ganas pasar en día abrazada a ti, me gustaba tu forma de besarme en realidad todo cerca de ti parecía ser bueno.

- ¿Bueno?

-Sí, agradable, sincero, podía ser yo misma estando contigo, era un alivio contar con alguien a quien podía contarle que tan malo o bueno había sido mi día hasta ese momento, realmente adoraba cada charla entre nosotros, al fin había había alguien a quien podía comprender y me comprendía en igual medida.

Guarde silencio por unos segundos, yo misma podía percibir la devoción emanando de mis palabras.

-Tal vez la emoción en mis palabras sea algo extraño, pero no recuerdo hablar con alguien más de esta manera.

Mis emociones corrían dentro de mí provocando toda clase de síntomas, el dolor del estómago tan placentero así como el hormigueo en las manos y mi pecho.

-Me gustas aún lo haces, realmente me gustas, no he conocido a otro ser humano con tu magnetismo -una sonrisa salió a flote-. Me he sentido miserable por 20 días, estoy aplicando un dolor innecesario a mi vida. Pude ignorar los comentarios de tus hermanos, pude ignorar las preguntas e incluso pude ignorar tu actitud, pero no lo hice, preferí quedarme sola sin razón alguna.

-No todo fue tu culpa.

-Por favor, déjame terminar -le pedí aún sonriendo como una idiota, lo miré de nuevo, me agrada la forma de su rostro, sus ojos labios, todo en él me agradaba-. Ya no quiero estar sola, pero no puedo evitar pelear contigo porque somos personas diferentes, pensamos cosas completamente diferentes, tú puedes ver algo bien mientras yo lo veo mal -me cubrí la cara con ambas manos-. Puedes no estar listo para escuchar esto, puedes buscar mil pretextos para intentar hacerme cambiar de opinión, pero creo que ahora lo tengo por seguro.

Esa era Lisa Marie Presley a punto de confesar sus secretos, a punto de poner las cartas sobre la mesa así como aceptar las reacciones por parte de Michael, esa era yo confesando mis sentimientos, estaba a punto de hablar sobre un asunto bastante serio con él, no habita vuelta atrás luego hablar.

-Michael... te quiero -había mencionado esas palabras las veces suficientes como para estar segura de volver a pronunciarlo-. No sé si Cressy te lo dijo tantas veces como Mónica me lo menciono a mí, pero ahora les doy a ambas la razón. Michael Jackson, estoy enamorada de ti.

El silencio nació, ya no importaba cuantas veces deseara arrepentirme lo había, había confesado estar enamorada, por fin acepté mi condición emocional frente a quien había significado tanto para mí, llegamos al departamento donde semanas antes nos habíamos visto por última vez para discutir sobre la la cena con sus padres, había sido nuestro último día ahí y lo más simbólico había sido esa pelea.

Dejé de pensar por un par de minutos mientras caminaba mis pausadamente hasta llegar al lugar en donde ambos éramos un mundo dentro del mundo en donde nos encontrábamos. Sentí la tensión crecer cuando entramos a la habitación, él tenía tanto problemas con el compromiso como yo, pero por primera vez había dado el primer paso.

-Lisa -suspiró.

-...No necesitas decir lo mismo, nuestra situación no cambia por el hecho de estar enamorada -las palabras se me estaban escapando de la mente, hablaba rápido y sin prestar mucha atención-. No espero escucharlo de tu parte, simplemente deseaba poder decirlo porque casi nunca puedo expresar mis sentimientos y me pareció el momento perfecto, en realidad...

-Tranquila -me miró a loz ojos sosteniendo mi rostro con delicadeza entre sus manos-. No pasa nada -me dió un beso corto cargado de ternura y ese sabor dulce-, Cressy mencionó algo hoy, ella me dijo que estaba enamorado, no pude reaccionar, tal vez me confunde esto, tal vez tengo miedo como tú, pero deseo afrontarlo si tú estás conmigo.

Me estaba costando mucho respirar, no lo había tenido cerca y ahora con las emociones a flor de piel me sentí indefensa frente a él, como un pedazo de cristal.

-Estoy enamorado de ti -tomó una de mis manos poniéndola en su pecho. Su corazón estaba latiendo rápido, casi podía sentirlo en mi mano-. Es por ti, únicamente por ti.

Soñando El Mismo SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora