1. El libro.

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Tres días después...

Ni una llamada, ni un mensaje de texto, nada, ninguna señal de la existencia de Douglas, tampoco es como que me importara mucho.

-Acéptalo, quieres que te llame.-Dijo mi primo, Kair nos miró con curiosidad mientras yo acariciaba a Floppy, mi conejo negro.

Mi padre había encontrado la manera de hacer que sus sombras cobraran vida propia, pero solo había hecho que Floppy lo hiciera, nada más, ah, y también una casita para él, al igual que una cama y sus zanahorias.

-¿Quién?-Preguntó intrigado Kair, fulminé a mi primo con la mirada.

-Alguien sin importancia.

-Que quieres que te llame.

-Que no.-Refunfuñé, Taison rio y besó mi frente.

-Sabes que estoy bromeando.

-Ajá.-Kair, incómodo, revisó la hora en su reloj y se levantó tomando su mochila.

-Se nos ha hecho tarde.

-¿Qué hora es?-Pregunté dejando a Floppy en el sofá, éste desapareció mientras Kair miraba hacia otro lado.

-Las 7:10.-Maldije por lo bajo, la primera clase comenzaba a las 7:20.

-Vámonos.-Asentimos, busqué a Lady Midnight con la mirada, pero no encontré al libro.

-¿Han visto mi libro?

-Zeus, no es el momento para buscar el libro, vámonos.

Gruñí y salí detrás de mi primo, preguntándome dónde demonios había dejado mi libro.

(...)

-Necesito leer.-Dije golpeando mi cabeza contra la mesa de la cafetería, todos los que se encontraban pasando a nuestro alrededor me miraban entre divertidos e intrigados.

-¿Quieres un café?

-Solo si lo pagas tú.-Sonreí a mi pelirrojo mejor amigo, asintió y se levantó.- ¡Trae un pastelillo contigo!

Mientras lo veía alejarse y formarse en la fila para pedir mi café y pastelillo recordé las palabras del viejo Dave.

Sacudí la cabeza, Kair no siente nada por mí, no puede.

La canción de My Way de Calvin Harris me sacó mis pensamientos, metí la mano en el bolsillo de mi chamarra y leí el nombre del contacto en la pantalla de mi celular, Número Desconocido, me encogí de hombros y contesté.

*Llamada:

-¿Hola?-Pregunté insegura.

-Hola, dulzura.

-Douglas.-Dije sorprendida.

-Veo que me recuerdas.-Lo sentí sonreír al otro lado de la línea.

-¿Qué quieres?

-Solo te hablaba para saludar, ya sabes, decirte hola y que tengo tu libro...

-¿Qué?

-Como lo escuchas, digamos que a una hermosa dama distraída se le ha caído y yo lo he recogido.

-¿Me lo devolverás?

-Claro que sí, pasaré por ti a la universidad.

-Solo quiero mi libro, no salir contigo.

-Qué lástima, sin cita no hay libro.

-P-pero ¡dijiste que me lo devolverías!

-Te dije que te lo devolvería, pero nunca dije cuándo.-Dijo burlón y colgó.*

Absorbente #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora