Carol, ¿Por qué me acosas?

28. Te gusta.

—Oye, Fer.

—Ahora no, Carol.

—No soy Carol.

...

—Esto... Hola, Manu.

—Hola.

—Umh... ¿Has visto a...?

—Creo que acaba de salir al receso.

—Ah, ¿De verdad? No me dí cuenta. Bueno... creo que yo también iré. Muero de hambre.

—Espera un momento, quiero hablar contigo. Ya sabes, sobre Carolina.

...

—¿Qué pasa con ella?

—Creo que está de más preguntar eso. A estas alturas ya te habrás dado cuenta de lo que pasa entre ella y yo. He sido muy claro, después de todo.

—Refrescame la memoria, ¿Quieres?

—Me gusta Carol, Fer.

...

—¿No dirás nada?

—¿Qué quieres que diga?

—No lo sé. Eres su amigo. Pensé que tal vez podrías ayudarme.

—Umh, creo que no soy el más adecuado para eso. Y siento decírtelo... pero a ella le gusta otra persona.

—No te preocupes, no será competencia para mí.

...

—Deberías respetar lo que ella quiere, ¿no crees? Es decir, no le gustas tú.

—Oh, así que es eso... ¿No será que la quieres solo para ti?

—¿Qué?

—No trates de negarlo, Fer. Te gusta Carol. Intentas ahuyentarme porque tienes miedo de que te la robe.

—Oye, alto ahí. En primer lugar, si tú no le gustas es tu problema, no es mi culpa que seas tan imbécil. En segundo lugar, ella no es propiedad de nadie. Y en tercer lugar, estamos hablando de Carol, no la trates como un objeto.

—¿Me lo dice el que que odia a las chicas?

—Es diferente con ella.

—Ya, claro. ¿Y por qué será? 

...

—No me gusta Carol.

—Eso es lo que quieres creer. He visto como sonríes cuando estás con ella.

—¿Qué...?

—Te he visto mirarla cuando está distraída. Siempre que llega estás más feliz de lo normal, y no me puedes negar que te gusta su sonrisa. Es lo único que miras cuando estás tratando de no verla a los ojos.

...

—Te apuesto a que si la besara ahora mismo te morirías de la rabia. 

¿De que está hablando?

...

—¿No dices nada, Fer? 

—No estoy celoso, si es lo que piensas. 

—Bien, perfecto. Entonces no te molestará cambiarme tu puesto, ¿no?

—¿Cambiarte mi puesto?

—Sí, ya sabes. Tendrías de compañero a Migue, y yo me quedo con la rubia sexy. Todos felices.

—Pero...

—¿Pero qué? Has dicho que no tienes problema.

...

—¿No hay respuesta, eh Fer?

Tal vez no sé lo que siento. Pero desde que Carol está conmigo pude volver a sonreír. 

...

Sería lamentable que lo arruinara para dejar a alguien como Manu en mi lugar.

...

Así que no pienso arruinarlo. Ni hoy, ni jamás.

—Me temo que tendrás que buscarte otra compañera, Manu.

—¿Eh?

—Que te largues, cretino. La rubia sexy de Carol no está en venta ni intercambio.