38. Cobarde.

695 110 12
                                    

—Fer.

—Mmmh.

—Hey, Fer.

—Mmmh...

—¡FERNANDO!

—¿Eh, eh? ¿Qué pasa? ¡¿Qué?!

...

—¿Ocurre algo? Te ves muy pensativo.

—Ah... no, no. Nada. 

...

—Solo... pensaba en alguien.

Más bien en ti.

—¿Eh? ¿Algo pasó?

...

Sí.

—No... 

Me di cuenta de algo.

—Nada importante.

Pero no estoy seguro de querer que lo sepas.

—Bueno...

—En vez de eso, dime, ¿cómo te fue en el recuperati...? Oh Dios mío ahí va la sonrisa de loca.

—Jé, ahora que lo preguntas...

...

—¡Saqué la máxima puntuación! ¡Mira!

—¿Qué? 

—¡Lo sé! ¿¡Es genial, verdad?! 

—O sea, tú... ¿qué?

—No luzcas tan impresionado, por favor.

—Lo siento, hay cosas que no se ven todos los días. Pero... wow, esto es una calificación perfecta. 

—¡Así es! 

—Bueno, me siento algo motivado. Las horas corrigiéndote y explicándote dieron fruto.

—¿Te lo dije antes no? Que a partir de ahora me esforzaría. Porque... si quiero poder escoger sentarme a tu lado el próximo trimestre, voy a necesitar buenas notas.

...

...

—¿Qué pasa? ¿No hay un «Gracias Carol, ahora no tendré que sentarme con otra chica molesta»  o quizá «Cállate, tonta, sigo prefiriendo a Tony»?

—Cállate, tonta. Sigo prefiriendo a Tony.

—¡Lo sabía!

Idiota.

No digas cosas como esas.

Si lo dices de esa forma... no puedo evitar sentirme feliz.

—Carol, en realidad, hay algo que yo...

—¿Sí?

...

...

Ja...

—No... no es nada, ovídalo.

Me acobardé.

—¿Mm? 

Que tonto soy.

—Si tú lo dices...

No tengo el valor suficiente para decírselo.

«Hace mucho que te prefiero a ti».

Carol, ¿Por qué me acosas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora