Epílogo

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N/a: Solo recordarles que falta un capítulo extra. ♥

Disfruten


3 meses después...

—Es todo por hoy, Fer. Nos vemos la próxima semana para entregarte los documentos.

Fer asintió hacia la mujer detrás del escritorio. Hizo un leve gesto dedespedida antes de tomar su abrigo y cruzar la puerta del consultorio para irse.

Cuando estuvo afuera echó un último vistazo al lugar y suspiró. Esta sería la última vez que estuviera allí. En tres días se marcharíaa Inglaterra y probablemente tendría que buscar otro psicólogo para reanudar sus sesiones. Pero estaba bien, después de todo, el proceso de los últimos meses había sido bastante sanador para él, y aunque había sido difícil y doloroso al principio, ahora se sentía motivado para continuar sin que nadie tuviera que empujarlo.

Seguía teniendo algunos temores e inseguridades y aún no lograba superar por completo el recuerdo de su madre, pero ahora sabía que hacer para ayudarse a sí mismo.

Cuando existe un antídoto, dejas de temer al veneno.

Su teléfono vibró en el bolsillo de su abrigo. Era un mensaje de Carol preguntando como le había ido en su cita.

[Bien.Me ha felicitado por haber sido constante y nos hemos despedido.]

[Que preciso, ja ja.]

[Estoy orgullosa de ti. ¿Lo sabes, cierto?]

Fer sonrió, asintió aunque ella no le veía y escribió de nuevo.

[¿A que hora es la cena?]

[7:30p.m. Recuerda llevar tu ticket de reservación.]

[Y abrígate, hace frío, chéri.]

Fer puso los ojos en blanco.

[No necesitas decírmelo.]

[Soy tu novia. Déjame portarme como tal. ?]

Fer resopló antes de volver a guardar su teléfono para cruzar la calle hasta la parada de autobús. Carol y algunos amigos habían preparado una especie de cena de despedida para él, ya que eran sus últimos días en el país. No era muy de ese estilo, no obstante, era su novia quién había organizado todo. No podía negarse.

Novia, pensó mientras subía al autobús. Fer realmente no lograba acoplarse por completo con aquél término, pero no era capaz de evitar que su pecho se calentara cada vez que Carol se refería alguno de los dos como pareja del otro.

Era extrañamente placentero.

Como todo en su relación; desde las palabras que había podido expresar hasta los toques y el contacto que ahora era capaz de recibir y dar. Había aprendido mucho más de sí mismo y gracias a eso ya no era difícil sobre ponerse a sus miedos.

Incluso recientemente había tenido por fin, la iniciativa de dar un beso.

Y si, durante este tiempo había ocurrido al menos unas tres veces, sin incluir los intentos fallidos.

La primera de ellas fue un desastre. Un incidente bastante cliché en donde Fer intentó —dentro de lo que había logrado acostumbrarse en las últimas semanas— besar la mejilla de Carol. Unos segundos después sus labios terminaron torpemente presionados a los de ella luego de que ella volteara a verlo por accidente. Fue una sorpresa para ambos y tanto Fer como Carol empezaron a tartamudear, pero fue él quien se terminó desmayando de la impresión al ser consciente de lo que había pasado.

Carol, ¿Por qué me acosas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora