Carol, ¿Por qué me acosas?

45. Explicaciones.

—Ya deja de mirarme así, Tony.

—Explícame como es que esto terminó así.

—¿Cómo?

—En la mañana Carol estaba sentada aquí, y ahora no lo está. Por mi experiencia con las chicas deduzco dos posibilidades; a) le tocaste el trasero, b) dijiste algo que no debías.

—No le toqué el trasero.

—Entonces dijiste algo que no debías.

—Estás hablando demasiado alto.

—Si quieres que guarde silencio dime lo que hiciste.

—Ella no se enojó, ¿vale? Yo le dije que se fuera.

—Espera, ¿eres estúpido? ¿Por qué?

...

—Fer.

—Es el chico de intercambio. 

—¿Qué?

—Carol y él se han vuelto cercanos. Ahora sólo habla de él y de lo que hace y lo que le gusta... Ya sabes, "Chocolate o vainilla" y esas cosas. Y yo... siento como si se estuviera alejando.

—Hermano, tú estás muerto de celos.

...

—¿No lo niegas?

—¿De que sirve?

—¿Y por qué no se lo dices?

—¿No es obvio? No importa que sea doloroso. Yo no tengo derecho a decidir con qué personas puede relacionarse.

—Así que lo entiendes.

...

—¿Entonces por qué haces esto? No es muy propio de ti formar capítulos de La Rosa de Guadalupe.

—Solo me tomó en un mal momento. Hoy no ha sido un buen día para mí.

—Insisto. ¿Desde cuando explotas con tanta facili...?

—Es cáncer.

...

...

—¿Qué?

—Lo de mi abuelo... es cáncer.

...

—Yo... no podía lidiar con esa situación ahora...

...

—Perdona por habértelo dicho así.

...

—O-oye, ¿a donde vas?

—Ella lo tiene que saber.

...

—No puedes pretender causarte más dolor del que ya tienes.

n/a: Vamo a llorah