-1-

444 29 7
                                    


Y ahí estabas.

Sentada en ese piano. En aquella pequeña sala, haciendo revivir a Chopin cuando te vi por primera vez.

Tu cabellera rubia caía alborotada por tu espalda, moviéndose al ritmo de los arpegios del Op. 23 de la Balada No. 1 en G menor.

Tus manos pálidas, lucían hermosas bajo la tenue luz. Grandes y firmes.

Tus ojos...que ahora son el motivo de mi delirio, ese azul que es mejor que el del cielo, aquel en el que me podría perder por la vida entera.


Y ahí estaba yo.

Admirándote como una completa idiota, una simple y sencilla violinista. Que anhela ser tuya alguna vez.

Sweet MelodiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora