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Delilah y yo habíamos decidido salir a tomar un café y a descansar, ya que nuestros conciertos estaban a unos días y era necesario estar tranquilas para poder sacar todo perfectamente. 

Llegué antes al café donde habíamos quedado y me senté en una de las mesas que estaban afuera. Hacía algo de frío, pero era soportable. El otoño ya estaba en su esplendor y las hojas naranjas caían en el gris suelo. 

Mi corazón comenzó a latir rápidamente cuando visualicé a lo lejos una chica rubia que se acercaba a paso apresurado, con un saco café claro, unos jeans azules, junto con una camisa rayada. Oh Dios santo...se veía hermosa. Muchas veces me preguntaba cómo es que una chica tan guapa como ella me había hecho caso...

-¡Hola! -Saludó alegremente con la mano y me levanté para saludarla. Besé con dulzura su mejilla y la invité a sentarse frente a mi. Volví a mi asiento y la contemplé un pequeño momento en silencio. 

-¿Cómo estás? -Pregunté como solía hacer. La había visto antier, pero siempre se me hacía una eternidad cuando no estaba junto a ella respirando su penetrante aroma. 

-Bastante bien, gracias- Sonrió acomodando unos mechones de cabello rubio sobre su hombro -¿Y tú? 

-También, me alegra mucho volver a verte -Sonreí como una idiota. 

Ella rió...¡Dios! ¡su risa! Nunca me podría cansar de escucharla. Su suave y dulce risa era una melodía hermosa para mis oídos. 

-Pero si tan solo nos hemos dejado de ver por un día, ¡Blaire! ¡Lo dices como si hubiera pasado una eternidad!

-Lo sé, pero es demasiado para mi, lo sabes...-Contesté divertida, tomé su mano que estaba sobre la mesa y la besé rápidamente. -No tienes idea de lo mucho que significas para mi. -dije más seria. 

Sus ojos azules me miraron de una forma suave, casi acariciándome y una sonrisa se formó en sus labios. 

Ella tomaba tranquilamente su café y veía como el humo se escapaba cuando el líquido caliente ingresaba a su boca. -¿Ya tienes tu pieza? -pregunté. Delilah asintió cerrando los ojos. 

-¿Qué tocarás? -Me incliné en la mesa y me recargué sobre mis codos, con las manos en las mejillas. Ella nunca me permitió escuchar la pieza que tocaría, solo podía escucharla cuando practicaba sus lecciones o tocaba otras cosas. 

-Es una sorpresa -sonrió, apretó los labios y me miró. -Para ti. 

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Capítulo corto! Qué va! Nuestras dulces melodías pronto estarán llegando a su fin :'( 

P.D: Mi más reciente historia "Flowers" ya esta publicada y terminada en mi perfil :) 



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