Seis horas(Próximamente En Corrección).

Capítulo 12: Mamá

Como toda madre, aún sigo viendo aquél niño inocente que se impresionaba casi por cualquier cosa que desconociera en mi Anthony. No soportaba el solo pensarlo, el solo considerar que prácticamente lo estábamos abandonando junto a su hermanita.

Emily, qué decir de mi pequeña.

A pesar de que no estaba en nuestros planes, decidimos darle una oportunidad paraqué se uniera a esta familia. Aún recuerdo la discusión que tuve con mi esposo en aquél entonces cuando le conté sobre ella.

Al principio no quería aceptarlo debido a que al principio acordamos que sólo tendríamos un solo hijo(a); apenas podíamos mantener a Tony con lo que ambos ganábamos.

Pero solo fue cuestión de tiempo para que las cosas mejoraran, pero no fue de la noche a la mañana.

Ambos tuvimos que tomar turnos extra para ganar solo un poco más de la miseria de sueldo que nos pagaban, teniendo que recurrir a niñeras para cuidar de los pequeños.

Fue entonces cuando tuvimos la horrible idea de poner a Emily en adopción... solo así podíamos asegurarle una vida mejor con una mejor familia.

Pero el ver que Anthony se quedaba a cuidarla cerca de su cuna, llegando en ocasiones a cantarle lo que yo siempre le cantaba para que se durmiera. Eso nos convenció de inmediato de no cometer tal locura.

Pudimos ponernos de pie frente a las adversidades.

Vimos cómo Anthony no perdía su esencia hiperactiva a la llegada de Emily. Pensaba que se sentiría un poco celoso por los cuidados que teníamos que darle, pero no fue así. Lo había tomado de la mejor manera posible.

Cuando ella ni siquiera sabía que sucedía a su alrededor, Tony jugaba diciendo que era un caballero y que tenía que proteger a la princesa (que era su hermana). Como era de esperarse Matías y yo pensamos que se trataba de algo pasajero como lo suelen ser ese tipo de actitudes, pero quitando la extraña forma de hablar y el hecho de llamarla princesa, Anthony siguió de manera inconsciente aquella forma de pensar con el pasar de los años.

Tuvieron sus peleas, sí, pero éstas no duraban mucho.

Ya a los 15 años de edad, Anthony cambió mucho respecto a su forma de actuar y pensar; no obstante, algo de ese inocente pequeño de 9 años seguía dentro de él.

La rebeldía y demás cosas que ya estaban comenzando a manifestarse desde hace tiempo se intensificaron en él. Yo trataba de hablarle con suavidad, pero mi esposo siempre me decía que le estaba haciendo mal con eso.

Las discusiones con su padre empezaron al igual que una actitud distante y aislada. Yo debía actuar antes de que fuera tarde, pero cometí el error de hacerle caso a Matías.

Si no hubiera cedido a mi esposo la oportunidad de hacerle entender que su actitud era incorrecta, él no fuera distante e indiferente con él.

Ya en su plena adolescencia, esa actitud de caballero protector despareció por completo. O al menos eso es lo que considero.

Discusiones y rebeldía se intensificaron más de lo que ya estaban. Pero a pesar de que me dolía, seguía creyendo que podía cambiar.

No estuve equivocada.

Al ver que Anthony no se quejó cuando mencioné lo del viaje, que no buscó excusas para no ir, que me pidió dinero para comprarle algo a Emily de cumpleaños, que trataba parecer cómodo en aquella pizzería supe que esa actitud de caballero no desapareció del todo. Sin duda alguna era otro adolescente incomprendido que no habla, que no tiene malas intenciones pero que las quejas que tiene no son tomadas en cuenta en su problemático hogar.

Anthony no necesitaba cambiar, solo debía dejar de ser oprimido y ser educado por y para su hermana.

Ahora mismo me encuentro dentro del auto que se dirige a la estación de policía o como se llame en esta ciudad. Siento mi celular por ahí y recuerdo que nunca lo saqué del auto.

Al desbloquearlo, veo muchas llamadas perdidas de Anthony y de un número desconocido. Marqué a Anthony, pero al parecer su celular estaba apagado.

Pensé en marcar al número desconocido con la esperanza de que fuera Anthony desde otro teléfono, pero no, paso de toparme con un inglés enojado por despertarlo en plena madrugada.

Mi esposo frena de golpe, provocando una violenta sacudida por parte de todos. Estaba a punto de preguntarle a Matías el porqué había hecho eso, y resulta que una ambulancia apareció casi de la nada.

Una ambulancia a estas horas. Tengo curiosidad por saber qué habrá sucedido pero tengo que dejar eso para otro momento, ahora solo importa buscar ayuda para encontrar a mis hijos.