Capítulo 17

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DYLAN

Cada gota de sangre en mí ardía y quemaba dentro, llenándome de rabia infinita a medida que circulaba por todo mi cuerpo. Veía el video una y otra vez y seguía sin poder soportar lo que mis ojos veían, David la había besado, había sentido sus labios, su suavidad y su adicto sabor.

Sin querer aceptarlo, me di cuenta que no soportaba verlo con sus manos sobre ella, ni mucho menos que ella no intentará alejarlo cómo si de verdad quisiera responderle. No sé qué mierda me estaba pasando pero no podía controlarlo, quería tomar a David y arrancarle la cabeza o a cualquier otro que la deseara, que deseara tenerla, sentirla y besarla cómo yo lo había hecho.

Me habían suspendido por toda la semana entera, al igual que a ese imbécil. Lo golpeé con las mismas ganas que tenía de arrancar el sabor de la boca de Jade de sus labios, ni siquiera le di oportunidad de tocarme, a excepción de un solo golpe que terminó por romperme el labio y a pesar de querer sentirme satisfecho, me sentía como la jodida mierda, más cuando recordaba la expresión en el rostro de Jade cuando le dije todo aquello, joder, por supuesto que no lo decía en serio pero no pude contenerme, estaba molesto, muy molesto y cuando vi el video, perdí el control.

—¿Quién ha sido? —Preguntó mi padre entrando a la cocina mientras mi madre sostenía un hielo colocándolo en mi herida —Parece que no he sido lo suficientemente claro cuando te he dicho que no estoy para este tipo de mierdas, Dylan ¿Cuándo aprenderás a comportarte de una vez?

Me dió una mirada con molestia, mi madre suspiró a mi lado.

—Brett, basta —Respondió mi madre para después enfocar su vista en mi herida, me dió el hielo para que pudiera sostenerlo por mi mismo y después se alejó rodeando la mesa —Ya está hecho, cálmate.

—¿Cómo quieres que me calme, Kim? Tiene el labio roto y lo han suspendido toda la semana —Exclamó mi padre, después volvió a mí —¿Por qué te has metido en una pelea, otra vez?

—Son mis asuntos.

Respondí a la defensiva, no tenía el mejor humor ahora mismo y que me cuestionaran, me estresaba demasiado.

—Tus asuntos nos afectan —Afirmó —No tienes idea con lo que puedes provocar, ¿Qué pretendes? ¿Que todo el mundo se entere de esto y nos echen a perder todo por lo que hemos trabajo tan duro?

—Brett, lo solucionaremos —Dijo mi madre tratando de calmar las agua, entonces miró a mi padre —En fin, ¿Por qué has llegado temprano a casa? Creí que tendrías una reunión.

Mi padre suspiró dejándose caer sobre una de las sillas.

—Byron Parker ha cancelado la reunión, al parecer tuvo una urgencia en su familia y tuvo que retirarse, se pospondrá —Afirmó desabrochándose la corbata. Rápidamente fruncí el ceño.

Una urgencia, ¿Qué habrá pasado? Debe ser lo suficientemente importante para haber cancelado la reunión.

—¿Qué crees que haya sido? —Pregunté curioso girándome hacia mi madre quien sólo se encogió en hombros, de pronto miles de teorías cruzaron mi mente, todas la incluían a ella.

—¿Habrá pasado algo con Byron? —Preguntó mi madre, mi padre negó enseguida.

—No conozco los motivos completos pero escuché que tuvo un grave problema con uno de sus hijos, creo que fue la chica, lo llamaré más tarde para ver qué tal van las cosas — Entonces me tensé de inmediato, me hizo preguntarme que había pasado.

Estaba molesto con ella, tan molesto como jamás lo había estado pero pensar que algo le había pasado me ponía los nervios de punta.

Sin decir nada salí de ahí y subí a mi habitación tomando mi teléfono que estaba sobre mi cama. No dudé en marcar su número, sabía que estaría molesta conmigo y no respondería, posiblemente rechazaría la llamada pero me tomó por sorpresa que ni siquiera entró la llamada, me mandó directo a su buzón de voz. Lo intenté un par de veces más pero no obtuve respuesta alguna.

Tan Guapo Como El InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora