Capítulo 34

13.1K 719 103
                                    

La práctica había terminado hace apenas 20 minutos, para esta hora se suponía que debería estar en las duchas pero mis planes habían cambiado desde que noté que los chicos de futbol habían ingresado al campo. Era un día soleado por que me dediqué a buscar una sombra en las gradas para poder observar al equipo desde un ángulo mejor.

Mejor dicho, me dediqué a observarlo desde la lejanía. Dylan ni siquiera había notado mi presencia pues estaba tan concentrado en hacer el calentamiento previo, en cambio yo, claro que había estado observándolo por unos cuantos minutos, recordando todo lo que le he dejado hacerme últimamente. No lo había visto mucho esta semana y moría por hacerlo, por este mismo motivo no desaprovecharía la oportunidad de verlo o quizás de imaginarlo de nuevo en mi habitación, sin camisa y besándome.

Quizás el calor de hoy comenzaba a afectarme un poco.

—Ten tu bebida —Entonces la voz de Sam interrumpió aquellos pensamientos impuros que estaban por aparecer dentro de mi mente. Ella se acercó ofreciéndome una botella de agua para después sentarse a mi lado —¿Ya han comenzado?

—Aún no, siguen calentando —Dije sin quitarle la vista de encima, Sam pareció notarlo pues me miró con desapruebo.

—Si ya veo, parece que hoy van a calentar mucho más que sólo los músculos —Dijo con sarcasmo —Quizás eso explica por que hay más chicas aquí de lo normal.

Era verdad, las clases ya habían terminado, por lo que había varias personas que venían a presenciar las prácticas, hoy, en su mayoría eran chicas. Sabía perfectamente que venían a verlo a él y cómo no, podría jurar que cada día despierta más guapo.

—Si crees que estoy aquí por él te equivocas, estoy aquí por mi hermano —Dije haciéndola reír un poco. Sam si que estaba aquí por Chase.

—No me digas, qué gran hermana eres —Respondió con sarcasmo, reí un poco empujándola ligeramente por el hombro.

—Cierra la boca —Respondí —Por cierto, ¿Ya puedo empezar a decirte cuñada o todavía no?

Ella suspiró un poco. Sam y Chase habían estado saliendo tanto que ya había perdido la cuenta, incluso aunque ellos no lo sepan, me había dado cuenta que ella ha pasado un par de noches en mi casa. Espero que Dylan y yo hayamos sido más discretos que ellos, quizás si, de otra forma ya estaría muerta.

—No lo sé, no me ha hecho la pregunta, quizás no esté tan interesado para buscar algo serio —Respondió encogiéndose en hombros.

—¿Por qué no lo haces tú? No pierdes nada y si piensas que mi hermano no está interesado en ti déjame decirte que te equivocas, conozco a ese tonto desde el vientre y sé que le gustas —Afirmé, ella se sonrojó al instante. Se notaba lo mucho que le gustaba mi hermano, dugh.

—¿De verdad lo crees?

—Por supuesto, no miento cuando te digo que le gustas —Dije, abrí mi botella de agua y le di un sorbo —Tampoco miento cuando te digo que tienes gustos pésimos.

—¡Oye! —Dijo dándome un ligero golpe en el brazo —No deberías decir eso porque si pones un poco de atención, ustedes se parecen mucho, los mismos ojos, el mismo color de cabello, la misma nariz, Dios, a veces tengo que cerrar mis ojos cuando estoy en la cama con él para evitar ver tu cara.

Su comentario me tomó por sorpresa, por lo que la miré con mis ojos bien abiertos y tras unos segundos, estallé en carcajadas.

—Joder Sam, ahora estaré traumatizada —Dije entre risas chocando mi hombro con la suyo.

—Estoy bromeando pero imagina lo traumado que estuviera Dylan si cada vez que te va a besar, apareciera el rostro de Chase —Respondió entre risas, la risa de Sam era realmente contagiosa. Tras unos segundos volvimos a prestar atención al partido—Mira, creo que ya van a empezar.

Tan Guapo Como El InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora