Capítulo 21

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—¿De qué demonios estás hablando? —Dijo Dylan mientras se encontraba recargado sobre mi peinador, su brazos estaban cruzados y la expresión en su rostro era demasiada confusa.

Hoy vestía ropa deportiva, todo en tonalidades grises con negro, la gorra hacía atrás que lo hacía lucir jodidamente guapo y un perfume bastante masculino que me distraía la mayor parte del tiempo. La posición en la que se encontraba le daba un porte bastante dominante y fresco, Dylan tenía todo en la palma de su mano para volver loca a cualquier chica.

Crucé mis piernas y lo observé con cautela. La sorpresa era mas que evidente en su rostro.

—Lo que te dicho —Respondí con obviedad, me encontraba sentada sobre el filo de mi cama.

—¿Estás segura? —Alzó una ceja —¿Desde cuándo lo sabes?

—Desde anoche.

Entonces permaneció en silencio, como si todo lo que podía escuchar fueran sus pensamientos. Me quedé observándolo, ni siquiera podía pensar en nada que no fuera en él y en lo guapo que estaba, sus manos me distraían al igual que cada detalle de su apariencia.

Entonces habló de nuevo sacándome de mi trance.

—¿Te das cuenta de lo jodido que es eso, Jade? —Entonces preguntó cruzando mi mirada con la mía —¿Qué piensan hacer tus padres al respecto?

—No tengo ni la menor idea, quieren mantenerme lo menos informada posible, no quieren preocuparme —Dije con mi vista clavada en él, estaba confuso y demasiado curioso al mismo tiempo —¿En qué piensas?

Él se encogió en hombros.

—No lo sé, se me ocurren cierta cantidad de personas que posiblemente tienen algo que ver con esto.

—¿Ah sí? ¿Cómo quién? —Le pregunté curiosa, gruñó.

—Sabes bien quién.

—¿Quién? ¿David? —Respondí riendo un poco —Has perdido el juicio, Dylan.

Me miró de mala forma, cómo si lo que estuviera diciendo fuera lo más serio que ha dicho alguna vez, por mi parte, me resultaba algo absurdo y tonto. Jamás me habría pasado por la cabeza culpar a David de esto.

—Jade, ni siquiera lo conoces.

—Por eso mismo.

—Pero yo si, ese tipo está loco, creí que a este punto ya te habrías dado cuenta —Dijo, me reí de nuevo pero parecía no hacerle gracia.

—No creo que David sea un psicópata que anda por ahí con un gusto particular de sabotear el auto de toda chica que lo rechaza, es sólo un chico Dylan —Dije, y era cierto, David era algo insistente y algo molesto pero no lo creía capaz de hacer algo así.

—Claramente, no tienes ni idea.

—¿De qué debería tener idea? Es sólo un chico que se dedica a quitarte a las chicas, ¿Ahora diremos que tuve el accidente por su culpa? ¿De verdad te estás escuchando? —Dije, lo cierto era que Dylan lo conocía mejor que yo y lo detestaba lo suficientemente para no confiar en él pero, ¿De verdad estaba planteando la posibilidad de que David intentara deshacerse de mí? ¿De verdad?

—Tendré que prohibirte verlo o acercarte a él, a mi manera. Sé que si lo hago por las buenas, me ignorarás por completo.

Rodé los ojos y me levanté de la cama acomodando el vestido de pijama en seda rosa que traía puesto. No tenía maquillaje y mi cabello estaba revuelto, no hace falta adivinar para saber que para nada esperaba su visita ni mucho menos para que me dijera algo así, comenzaba a molestarme y mucho, supongo que no era la única.

Tan Guapo Como El InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora