Capítulo 27

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Finalmente era viernes, el tan esperado fin de la semana y el campeonato para el equipo de fútbol americano. Me encontraba terminando los últimos detalles de mi atuendo de hoy, había optado por llevar el cabello liso, nunca lo llevaba así pero impactar era algo muy mío.

En cuanto la puerta de mi habitación sonó apagué mi reproductor de música, a los segundos Chase se adentró observándome cortamente para después sentarse sobre mi cama. Por mi parte, continué alisando mi cabello y mirando mi outfit frente al espejo en muchos ángulos, tantos como me fueron posible.

—Estoy por irme porque he quedado de pasar por Sam, ¿Necesitas que te lleve? —Preguntó doblando las mangas de su camisa, lo miré a través del reflejo del espejo y negué enseguida.

Esos dos estaban pasando más tiempo juntos del que había esperado y aunque no estaban en una relación, hacían su mayor intento por aparentarlo.

—No, iré con Dylan —Afirmé, cuando terminé apagué la plancha dejándola sobre mi peinador — Llegaremos al instituto poco antes de que el campeonato comience.

—Bien, entonces te veré allá, asegúrate de cerrar la casa y conoces la reglas, ni se te ocurra meter a Dylan en tu habitación —Me apuntó con su dedo índice.

Aunque quise reír al recordarme desnuda sobre mis sábanas y con Dylan besándome por todos lados, sabía que no podía arriesgarme a que Chase supiera o sospechara que Dylan ha estado aquí antes, no sería un punto a mi favor ni mucho menos a favor de Dylan.

—Ya veremos que sucede —Dije en tono de burla, la expresión de su cara me hizo reír a carcajadas. Aunque poco a poco, Chase comenzará a ser más tolerante con Dylan sabía que no terminaba por agradarle del todo  —Ya te he escuchado, no entrará.

—Bien, entonces me voy — Afirmó, se despidió cortamente y se salió de mi habitación. Me mantuve en silencio esperando que saliera de la casa y cuando escuché la puerta principal confirmé que se había ido, me acerqué a la puerta de mi cuarto y la aseguré, finalmente la casa estaba vacía pero no debía confiarme, todo el mundo parecían ser tan repentino cuando me dedicada a romper la reglas de mis padres o de mi misma.

—No tiene ni idea de las veces que he entrado en esta habitación y te he hecho venirte sólo con un par de besos —Entonces, Dylan salió de mi closet, terminando de abrocharse su camisa, el azul marino le iba de maravilla.

Me recargué sobre mi puerta ocultando la sonrisa que yacía en mi cara, no sabía si Chase era idiota o se hacía pero yo podía reconocer el perfume de Dylan en cada lugar de mi habitación, me encantaba su fragancia, tan deliciosa, tan masculina y fresca, tan él. Al final dejó desabrochados los primeros botones, dejando a la vista aquella "J" que aún colgaba de su cuello.

—Te arrancaría el corazón si se entera —Dije sin quitarle los ojos de encima, levantó la vista cruzando camino con la mía y después, lo vi deslizar sus dedos entre su lacio y oscuro cabello, tan oscuro que le daba ese toque de intensidad a su rostro, ese rostro que desde el primer momento me advirtió que pondría mi mundo patas arriba.

Cada pequeño movimiento que hacía su cuerpo, desde abrochar sus botones hasta avanzar con lentitud hacia mí, me mantenían totalmente embelesada ante su figura, su aspecto y el atrayente aire que venía junto a él. Mirarlo ahora, hacía que los momentos en que lo odiaba con cada célula de mi cuerpo se sintieran tan lejanos, casi inexistentes. No me permitían recordar cómo era cuando no sentía absolutamente nada por él, cuando sus palabras no provocaban escalofríos en mi piel o cuando sus manos no me encendían como lo hacen ahora. Era justo en este momento, cuando sin siquiera tocarme, ya me hacía rogar por su tacto, por el más mínimo y que me hacía querer darle mi vida entera, que la tomara entre sus manos y me hiciera trizas, ya no me importaba.

Tan Guapo Como El InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora