6.

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Desperté. Este había sido uno de los fines de semana más cortos y raros de mi vida, sin duda.

Me cepillé los dientes y me miré en el espejo, me veía horrible, mi cabello estaba desacomodado, y tenia unas ojeras más grandes que nada.
Bostecé y vi la hora. Mis ojos se abrieron como platos. Iba tarde, muy tarde.

Corrí, me bañé, arreglé. No desayune nada, sólo subí al auto y me fui lo antes posible.
Llegué, estacioné el auto.
Estaba claro que no alcanzaba a entrar a la primera clase. Suspiré tratando de relajarme y abrí mi mochila. Al menos traía la playera de Cameron, la cual olvidé dársela a Grayson.
Caminé por los pasillos, y lo vi a lo lejos en su casillero.
Me acerqué.

—Hola —sonreí seca.

Él no respondió. Así que yo volví a hablar.

—Olvidé darte esto... —extendí mi brazo para darle la playera.

—Gracias —la tomó sin mirarme.

—¿Qué pasó con el proyecto? —pregunté después de una pausa.

—No lo sé, te fuiste molesta de mi casa —por fin me miró.

—Lo siento... —dije cabizbaja.

—No será más en mi casa —cerró su casillero. —no sabes lo que me costó aguantar y desmentir las burlas de mi familia con que "tú eres mi novia", pudiste haber cerrado la boca.

—La verdad yo me divertí mucho con eso —reí y este comenzó a caminar algo rápido, casi que yo corría para poder estar a su paso.

—Espero que también te diviertas haciendo el proyecto tú sola —sonrió sarcástico.

—Entonces... ¿Mi casa?.

—No.

—Te estoy dando opciones, si no te parecen entonces es tú problema —lo señalé. —bueno... hay un lugar que conozco... siempre voy ahí cuando quiero estar sola y pensar. Vamos, podemos trabajar ahí...

Cuando era niña, a mi papá le gustaba llevarme a un parque. Que ahora no esta cerca de ser eso, esta abandonado, descuidado y cerrado.
Pero sigo yendo, y me encanta hacerlo, es mi lugar favorito de todo el mundo.

—Pásame la dirección...

—Bien, anota...

Le pasé la dirección, y en cuanto se la di, se fue como siempre sin decir nada más.

Me sentí mal en el momento. Aquel lugar era algo intimo para mí, jamás había llevado a nadie, ni siquiera Ethan lo sabia.

Desayuné algo en la cafetería ya que moría de hambre. Compré un café, y unas galletas.

Caminé hasta la segunda clase. No tenía ni una hora libre. Así que cada que salía de una clase entraba a otra sin descanso.

Finalmente, mis oídos escucharon el ultimo timbre. Suspiré para tomar mis cosas y salí.

No vi a Ethan, ni a Grace. Así que me fui a casa, estaba cansada.

Entré y tiré mi mochila en el sillón. Meredith estaba en la cocina con Margo.

—Hola —las saludé.

—Hola cariño, ¿quieres comer algo? —me preguntó Meredith con una sonrisa.

—Sí claro, tengo tanta hambre... —reí y me senté con ellas.

***

—¿Adónde vas? —me preguntó Margo desde la sala, ya que estaba apunto de abrir la puerta e irme.

—Haré un trabajo en casa de un amigo.

—Suerte... —siguió con lo suyo y yo salí.

No tenía que usar el auto. El lugar me quedaba bastante cerca.

Caminé unas cuantas cuadras y casi llegué. No nos veríamos exactamente en el lugar. Le di otra dirección a Grayson.

No tardó en llegar. Llegó justo 8 segundos después.
Estacionó su auto a lado de una banqueta y bajó.

—Hola —me saludó. —Ammm... ¿Qué hacemos aquí? —preguntó mirando confundido al rededor.

Eran arboles enormes, que cubrían todo. Excepto por un un camino bien hecho de cemento.

—Aquí no es, pero estamos cerca, sígueme... —seguí el camino.

Después de 6 minutos estábamos en un parque. Pero no era un parque común y corriente. Era diferente, habían hojas de otoño esparcidas por el suelo, y los arboles seguían al rededor. Sólo una banca de madera vieja y un pequeño lago adornaba el lugar. Estábamos parados justo en frente del lago.
Al menos yo me sentía especial cuando estaba ahí y miraba lo que tenia delante, sin duda era algo increíble. Inexplicable.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó desesperado.

—Qué mejor que hacer un trabajo al aire libre, en la naturaleza, sin presión de nadie —extendí mis brazos y sentí el aire en mi rostro.

—Creo que lo de mi casa, ahora que lo pienso es una buena idea, vámonos.

—No, Grayson. Sé que te gustará, ven... —sonreí y me senté debajo de un árbol que me cubría del sol.

Este rodó los ojos y se sentó a un lado.

—Esto es ridiculo.

—Deja de quejarte... ¿cómo no puede gustarte este lugar?.

—Es viejo... y apesta a tierra mojada —se quejó y rodé los ojos.

—¿Empezamos con el repaso?.

Él asintió.
Escribimos algunas preguntas, las resolvimos y hablamos un rato de los temas.
Honestamente él era muy inteligente, siempre que hablábamos aprendía cosas nuevas.
Después de un largo rato de trabajo, guardé mis cosas.

Todo estaba en silencio, bueno, sólo se escuchaban los arboles moverse.
Grayson tenía su mirada fija en el lago.

—¿Cómo descubriste este lugar? —preguntó rompiendo el silencio.

—Solía venir con mi padre cuando era chica...

—¿Aquí traes a todas tus víctimas? ¿He caído?.

—No —reí. —me costará decir esto pero... eres la primera persona que se lo muestro, ni siquiera tu hermano ha puesto un pie aquí.

—¿Por qué tanto amor por un simple parque? —rió y aventó una roca al agua.

—Para mí no es un simple parque. Me gusta venir... me siento relajada y tranquila. No espero que lo entiendas.

—Lo entiendo... también tengo mi lugar favorito.

—¿Tu armario? —reí y él también lo hizo pero fue porque ambos sabíamos que había sido un pésimo chiste.

–No...

—¿Piensas mostrármelo algún día? –lo miré a los ojos.

—Nunca.

—Yo te mostré esto... es injusto —me crucé de brazos.

Él estaba por hablar pero unos ruidos familiares lo interrumpieron.

—Mierda... —me levanté de golpe y miré entre los arboles. —vámonos.

—¿Qué? ¿Por qué? —se levantó también.

—¡Corre! —lo tomé del brazo y comenzamos a correr lo más que pudimos, alejándonos de ahí.

Nos escondimos detrás de un árbol.
Grayson se agachó tocando su pecho, tratando de respirar.

—¡¿Quiénes estaban ahí?!.

—Los policías tonto, ahora es una área privada... —reí. —mejor vámonos ya.

I can wait for you | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora