15.

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Narra Leah.
Me senté en una mesa de la cafetería, sola.
Había comprado unas galletas, así que me senté a comerlas.
Mientras "improvisaba" en mi celular, leyendo conversaciones viejas. No quería verme tan mal.

De reojo vi como alguien se sentó delante mío. No podía creerlo, era Grayson.
Lo ignoré por completo, no tenia pensado hablarle después de lo que me dijo en fiesta de Aaron.

—Hola —sonrió.

—¿Qué quieres?.

—¿Por qué tan sola? —preguntó sin responder mi pregunta.

—Esta ocupada esta mesa, puedes irte.

—Quiero sentarme contigo —sonrió.

—Yo no...

—¿Ya te cansaste de rogarme y buscarme?.

—No —sonreí. —ya me cansé de perder el tiempo en alguien que no vale la pena —me levanté de la mesa y salí de la cafetería. Este me siguió. —¡No me sigas! Vete.

—¿Puedes decirme qué se siente? —me tomó fuerte del brazo y me hizo mirarlo.

—¿Qué? —fruncí el ceño y lo miré, miré sus ojos, y sinceramente me perdí en ellos.

—Que quieras estar solo, pero alguien este molestándote todo el tiempo.

—No volveré a hacerlo, dalo por hecho —me solté y me fui. Por suerte dejó de seguirme.

Entré a algunas clases. Jamás me había sentido tan sola y dolida al ver a mis amigos juntos, sin mí.

Me senté en una de las gradas y miré a mi alrededor. James entrenaba en la cancha, con su "nueva" novia. La rubia que besó en los camerinos. Sentía que salía fuego de mí.
Por otro lado estaban Ethan y Grace con Sofia y Jake.

Deseaba tanto estar ahí con ellos. Ahora mismo los necesitaba como no los he necesitado nunca.

Saqué un libro que me había regalado Margo, ya que no tenia nada mejor que hacer, me dediqué a leerlo.
De reojo vi como alguien se sentó a lado de mí, miré y era Grayson de nuevo.
El cual me quitó el libro que leía, y perdió la pagina. Ahora no sabré en donde me quedé.

—¿Qué lees? —preguntó como si nada.

—Primero, ¿qué demonios te pasa? Segundo ¿qué no era que me querías lejos de ti? Y tercero ¡dámelo, acabas de perderme la pagina!.

—Es la 189, lo chequé antes de cerrarlo —señaló el libro.

—Menos mal... —susurré. —responde mi pregunta...

—¿Cuál de las dos?.

Hice una mueca, estaba por decirle algo, pero la directora se acercó a nosotros.

—Leah, ¿qué esperas para ir a detención?, no me hagas venir por ti toda la semana —dijo tan seria que sentí escalofríos.

—Lo siento directora, tengo un chicle pegado a mí, es imposible quitármelo de encima —dije mandándole una indirecta a Grayson el cual rió.

—Date prisa —dijo, yo asentí y se fue.

—Ya escuchaste —bajé de las gradas.

—Qué rebelde, detención toda una semana eh... me sorprendes a veces —me siguió.

—No te sorprendas... —me detuve para mirarlo.

—Tengo que irme, suerte en detención —sonrió. Soy yo o él esta muy raro conmigo.

No sabia como reaccionar, él no era así.

No le contesté, sólo seguí caminando. Pasé a un lado de la grada donde estaban Ethan y ellos.
Me miraban algo sorprendidos. Quizás era porque Grayson me habló
Sonreí victoriosa y caminé hasta detención.

Entré, el aula estaba sola.
Una habitación vieja con bancas, aburrida, y un reloj enorme en la pared. Para contar los minutos en los que estaría en este infierno.

Me senté en una de las frías bancas, y me puse cómoda.
Abrí mi mochila para sacar nuevamente mi libro, pero no estaba.
Si Grayson no lo tenia, seguramente lo habría dejando en las gradas.

La puerta de detención se abrió. Voltee asustada y ahí estaba Grayson de nuevo. ¿Qué le pasa?.

—Hola —sonrió.

—¿Qué haces aquí?.

—Me castigaron... —fingió estar triste y se sentó a lado de mí.

—Estas bromeando, si te ven aquí te van a matar.

—No es broma, la directora me mandó a detención.

—¿Qué hiciste?.

—Es un secreto —levantó una ceja. —también quería darte esto, lo olvidaste —estiró su brazo con el libro en la mano.

—Gracias —lo tomé.

Narra Grayson.

Volví a las gradas ya que no tenia otra cosa que hacer.
Pero al ver el libro que Leah había olvidado, una gran idea se vino a mi mente.
Creo que si tenia algo mejor que hacer.

Vi a James en medio de la cancha entrenando para sus estúpidos partidos semanales.
Me acerqué decidido.
Justo su balón de fútbol cayó a mis pies, lo levanté, y me acerqué más para entregárselo.

—Creo que esto es tuyo... ¿James, no? —le pregunté.

—¿Quieres algo? —decía con el balón ya entre las manos. —espera... ¿Tú eres el nuevo novio de Leah? Claro.

—¿Novio?... —reí. —si estas así porque te cambió por mí, lo siento mucho.

—Se aburrirá de ti y te dejara, créeme.

—Supe lo que le hiciste, así que no te quiero cerca de ella —comenté tratando de hacerlo enojar.

—¿Quién me lo va prohibir? ¿Tú? —rió a carcajadas. —¿cómo lo harás? ¿Acaso crees que te tengo miedo? eres como las sobras de Leah, por favor no te sientas importante, porque no lo eres, mucho menos para ella.

Lo tomé de la camisa y lo empujé.

Este se puso a la defensiva y trató de hacer lo mismo, pero con algo de suerte, no lo logró.

La directora se acercó molesta al ver tanta gente reunida, mi plan había salido perfectamente.

—¡¿Qué esta pasando?! —soltó furiosa.

—Él empezó, trató de golpearme —James acusó como una pequeña niña, y evité reírme.

—Dolan, te quiero en detención ya, hablaré con tu hermano, no sé qué te esta pasando.

Caminé hasta detención, no me sentía mal, de hecho todo salió como quería.

Abrí la puerta, y ahí estaba ella. Sonreí.

I can wait for you | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora