I can wait for you | Grayson Dolan (terminada)

5.

—Serás imbécil —dijo el moreno y salieron corriendo, no sólo ellos si no también algunas personas de la casa.

El jardín estaba despejado, Ethan se encontraba en el piso con la cara hinchada y un ojo morado. Mientras que yo lo miraba horrorizada buscando una manera de ayudar.

Grayson se agachó al instante.

—Ethan, maldita sea.

—También la agredieron a ella... —me señaló y Grayson me miró algo desinteresado.

—¿Te hicieron algo? —preguntó examinándome.

—Estoy bien... —solté nerviosa al mismo tiempo que acariciaba mis brazos.

—Vámonos —susurró Grayson y ayudó a su hermano a caminar hasta el auto.

Este estaba estacionado justo en frente, no nos costó mucho ayudar a Ethan a subir. Era mejor idea que fuera en la parte de atrás, mientras que yo me acomodé en el asiento del copiloto a un lado de Grayson.

—¿Cómo te enteraste? —le preguntó Ethan.

—Sofia me llamó, ¿qué pasó ahora? —dijo este de mala gana y decidió arrancar por fin.

—Estaba con Sofia... y llegó un idiota buscando pelea, simplemente respondí —señaló su cara.

—Serás idiota... —susurró.

—Leah te quedaras con nosotros —me aclaró cambiando el tema y yo asentí sin decir nada.

Algo me dolía, me ardía. Bajé la mirada a mis rodillas, las cuales sangraban levemente por encima de mis jeans negros, estos se habían descosido debido al impacto contra el cemento. No era nada de qué preocuparse pero dolía.

Al llegar a casa, Grayson bajó y dio la vuelta al auto para ayudar a Ethan. Yo sólo los seguí hasta entrar un poco alejada.

—Tienes suerte de que mamá no este —decía el mismo mientras prendía las luces.

Ethan se tiró débil al sillón, me senté a un lado de él y minutos después Grayson llegó con un botiquín entre las manos. Miraba la escena en la que él limpiaba la cara de su hermano. Me resultó bastante tierno y una sonrisa se escapó en mi rostro.

—¿Qué le dirás a mamá cuando vea esto? —decía mientras pasaba un algodón con alcohol por la herida.

—No lo sé...

—Mejor vete a dormir... —respondió soltando un suspiro y lo ayudó a subir.

Me quedé nuevamente sola, la casa estaba inundada de un completo silencio, lo único que escuchaba eran los grillos de afuera. Mis rodillas volvieron a arder, así que volví a prestarles atención y justo cuando lo hice, Grayson apareció bajando las escaleras.

—¿Estas bien? —se acercó a mí y se dedicó a mirar mis rodillas.

—Estoy bien, ya te lo dije, sólo es un raspón.

—Sígueme —agarró el botiquín y subió las escaleras otra vez.

Me levanté del sillón lentamente y con el ceño fruncido lo seguí.

Recorrí un pasillo al terminar de subir los escalones. Habían varias habitaciones pero sólo una tenía las luces encendidas. Sin pensarlo dos veces entré y agradecí ver a Grayson ahí.

No estaba concentrada en él, estaba concentrada en su habitación. Olía demasiado bien y tenía ese toque masculino que sin mentir diría que me encantaba.
Miré cada detalle de todo, hasta que me habló y mis pensamientos se borraron por completo.