Moiras.

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El mundo estaba siempre frío como si a pesar de todo nunca pudiera estar realmente cálido, como si el hielo cubriera su interior y todo intento por derretirlo fuera como una llama pequeña que se apagaba al entrar en contacto con un océano.

Pero Will Solace lo estaba derritiendo con cada toque, con cada mirada que le dirigía cuando separaba sus calientes labios para mirarlo un momento, con sus preciosos ojos, y su cabello dorado que caía en hermosas ondas por su rostro.

Nico estaba enloqueciendo, ni siquiera podía asimilar que Will Solace lo había besado y que ahora lo estaba besando de nuevo.

"Estoy besando a un chico"
"Al fin"

Su corazón rugía de la emoción y de el deseo.

Will lo acercó hacia el tanto hasta que todo el hielo se derritió por fin.

-Desde aquella vez.

Will estaba sobre el y lo veía con aquella mirada intensa.

-¿Qué? -Nico estaba sin aliento y le costo un poco decir eso sin que se notara.

-¿Recuerdas cuando estábamos en las canoas y caímos a el agua? Tenias el cabello mojado y estabas temblando mientras yo me reía, entonces te daba la luz de el sol en la cara, y yo pensé que eras la cosa más hermosa que había visto jamas, creí que morirá si no te besaba en ese momento.

Nico sonreía.

-¿Por que no lo hiciste?

-¿Como querías que yo... Que un chico... Que...

Entonces Nico lo beso.

-Tenia catorce entonces, tuvieron que pasar dos años Solace.

-Casi tres, dioses Nico no tienes idea de lo difícil que a sido.

-Pero ahora estamos aquí.

-Pero ahora estamos aquí.

****

Cuando Nico despertó estaba todo tan caliente, después se dio cuenta de que Will lo tenia aun abrazado como un koala aferrándose a un árbol.
Nico sintió que sonreía por millonésima vez, no era mucho de estar sonriendo, pero ahora estaba genuinamente feliz.

-Despierta rayo de sol.

-Uh suena perturbador cuando tu lo dices, pero me encanta.

-Will tenemos que irnos.

-Lo se solo... -Will se restregó contra el.
Nico se estaba debatiendo entre seguirle el juego o darle una patada.

-Te quiero tanto Nico di Angelo.

Nico soltó una carcajada.

-Ya basta por lo dioses, Will tenemos que irnos.

-¿Porque la felicidad tiene que durar tan poco? -murmuro Will pero dejo ir a Nico.

Cuando salieron Cecil ya estaba vestido y con su mochila lista, había incluso recogido su tienda.

-Vaya Cecil, no sabia que eras tan madrugador.

-Me estaba muriendo de frío en esa maldita tienda, yo no tengo un calentón personal -dijo dirigiéndole una mirada significativa a Nico- por cierto no fueron tan ruidosos como pensé que lo serian.

-No paso nada, idiota.

-¿Y entonces porque pareces un tomate viviente?

-Pues... Yo no...

-Tranquilo, esta bien, lo entiendo no pasa nada Nico no me volveré a meter en su vida amorosa a menos que me dejen ser el padrino de su boda.

-¡Will!

Canción Para Fantasmas. (Solangelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora