Daga.

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Nico realmente esperaba que Will Solace captara todo lo que quería decirle con ese beso.
No había palabras solo estaban así. Al fin.

"Te quiero, siempre te he querido de esta forma,"

Una especie de nudo se formo en la garganta de Nico porque de pronto eran demasiadas emociones con las cuales lidiar.
A lo lejos se escucho otra explosión en sincronía con el acelerado corazón de Nico. El cielo se tiño de rojo y las estrellas se mostraron después. Todo era una febril locura.

Nada estaba teniendo sentido ahora. Se suponía que debían permanecer alerta, vigilar la entrada, defender el campamento pero en cambio estaban ahí perdiéndose en la piel del otro.
Una especie de quejido empezó a formarse en la garganta de Nico cuando Will comenzó a jugar con su cinturón y sus dedos cálidos se clavaron en los huesos de sus caderas.
Un sonido vergonzoso que finalmente se escapo de sus labios dejándolo al desnudo frente a Will. Vulnerable, pero podía mostrarse al fin así con alguien, porque sabia que no lo rechazaría.
Algo se remueve dentro de el cuando Will lo empuja contra un árbol y lo besa con aun mas fuerza. Luego pone su pierna entre sus muslos y empieza a moverse.
Están tan cerca pero no es suficiente.

Cuando Nico pasa sus manos por el rostro de Will nota que hay lágrimas.

–Te quiero Will Solace te quiero así... Siempre yo...

–Yo te quiero aun mas –la voz de Will estaba ronca, había una violenta tristeza cruzando su mirada– Pero yo no puedo hacer esto y luego verte como un simple amigo después. Estoy harto de fingir.

–Pues dejemos de hacerlo, ya no me importa, no me interesan las malditas miradas curiosas, ni los comentarios, ahora tampoco las profecías de mierda, no me importa nada de eso, solo quiero estar así... Solo...

El mundo de Nico era como el reino de su padre, en constante oscuridad en profundas tinieblas en una soledad que ponía todo frío. La única luz real era ese chico con ese rizado cabello rubio. Quien cantaba por las noches a veces, así los peores chistes y estaba tan roto y dañado como el.
Pero las piezas rotas podían completarse.

–No voy a dejar que nada malo te pase –grazno Nico.
No puedo dejar que siquiera te ocurra algo desagradable. No mas.

–Estaremos bien.

Will lo pronunció con coraje casi con rabia.

–Estaremos bien.

Nico contestó en una especie de promesa ambigua.

Luego volvieron a su posición y permanecieron otro rato en silencio, pero era un silencio cómodo, un silencio familiar que estaba en perfecta armonía
Había aun algunas cosas que Nico quería decir, pero dudaba que existieran las palabras para hacerlo. El silencio a veces era mas escandaloso que las misma palabras así que permanecieron así.

En un gesto de espontaneidad Nico puso su cabeza en el hombro de Will y se maravillo cuando vio que las mejillas de este se sonrojaba.

Demasiado lindo.

El cielo seguía inundado de explosiones.

–La gente normal va a ver fuegos artificiales, nosotros vemos bombas... Ah mucho mejor.

Una carcajada real se escapó de la garganta de Nico, un canto de pura alegría, sin trucos sin sarcasmo.

–Nosotros no somos gente normal...

–Si pero ¿Quien quiere serlo? Chico muerte cuando no tienes tu armadura puesta en realidad eres bastante dulce.

–Callate.

–Lo eres.

–No

–Amo cuando dices "no"

–Y yo amo todo de ti Will.

–¿Enserio?

–No.

Will hizo un gesto molesto y Nico se burlo.

–No me hace gracia di Angelo.

De pronto Nico sintió una presencia detrás de ellos.
Le hizo a Will un ademán de guardar silencio permanecieron inertes un momento, Will tenso su arco y el busco su espada.
Probablemente había bastantes monstruos cerca y ellos habían estado distraídos para notarlo.

Detrás de un arbustos algo produjo un movimiento ágil, rápidamente Nico se acerco y atravesó las ramas con su espada de Hierro estigio, pero no había nada detrás.

Estaba por volver y justo cuando giro para darse la vuelta ahí estaba.

Su cercanía era tal que estaba un poco impresionada de no haberla notado antes.

Con una mano cubría la boca de Will mientras que con la otra presionaba una daga contra su vulnerable cuello.

Perséfone.

Nico estaba sorprendido pero lo único que podía pensar era en salvar la vida de Will.

–Sueltalo –grazno con la voz cortada y temblando de rabia

–Oh querido "hijo mio" "rey de los fantasmas" –se burlo Perséfone. ¿Lo quieres demasiado verdad?

Nico empezó a temblar de pies a cabeza.

–¿Creiste que yo no era una amenaza verdad? Pues ahora lo veras morir, frente a tus ojos... Soporte tanto tiempo viviendo con el monstruo de tu padre... Es un honor poder ver sufrir a su hijo con el mayor de los dolores mortales.

–Sueltalo ahora mismo –Nico se sentía impotente, pero aun así cuando vio el terror desbordando de aquellos ojos azules saco su espada y apuntó con esta a Perséfone.

–¿Crees que me puedes hacer daño con un juguete como ese?
Mi querido y dulce di Angelo. Un sucio mortal no puede ni rasguñarme, ¿Como osas siquiera a intentarlo?

–Perra traidora.

–No uses ese lenguaje conmigo o yo usare un lenguaje muy específico para... –su voz se tiño de sarcasmo– tu "amigo".

–¿Porque....

La voz de Nico se corto.

–Porque estoy harta de que los dioses me crean una diosa menor, harta de ser ignorada, harta de vivir en un infierno literalmente seis meses cada año, harta de el imbécil de tu padre. Por eso, quiero poder, quiero la gloria que me merezco y Urano puede darmela. Cuando tu y tu padre no estorben yo estaré a cargo. Y dominare lo que ahora les pertenece. Pero primero necesito que tu me hagas un favor.

–Nunca.

–Entonces lo mato, de todas formas se va a morir. Lo presiento.

La daga se hundió mas en el cuello de Will dejando un generosa cantidad de sangre salir.

Y Nico ya no pudo contener las lágrimas.

*****

Canción Para Fantasmas. (Solangelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora