Intento dormir, pero no puedo, en estos momentos no logro no pensar en nada.
Es como si sintiera que algo me falta, traigo esa preocupación muy en el fondo de mi cuerpo, esa sensación que me avisa que algo no he echo o algo me falta... Por mas que intento recordar el porqué de la sensación, no logro encontrar nada, así que para sacarme de dudas, voy a mi oficina para revisar mi agenda y varios papeles que me traje del trabajo.
Sentado en mi escritorio sotengo mi cabeza mientras leo con detenimiento los documentos de confirmación para un nuevo proyecto, pero todo sigue perfecto, lo último que reviso es mi agenda.
-Nada-Susurro recargandome pesadamente en la silla.
¿Qué me falta?
Entonces la respuesta a mi problema entra con su usual timidez. Sonrió aliviado de que lo que me tenía preocupado no era algo tan grave, me alegra que sea ella la que me tranquiliza.
-¿No puedes dormir?-Me pregunta acercándose lentamente a mí.
-No-Digo sonriéndole con suma alegría.
Para ser tan tarde, tengo mucha energía, el simple hecho de verla así de linda acercándose a mí me hace despertar por completo. Se ve adormilada y la luz de la oficina cala a sus ojos.
Me pongo de pie y la rodeo con mis brazos con delicadeza.
-Escuché ruidos-Susurra haciéndose bolita en mi pecho.
-Soy yo, preciosa-
-Ya veo-Susurra riendo.
Nos quedamos así unos minutos, sintiendo la perfecta cercanía de nuestros cuerpos que encajan a la perfección.
Acaricio su cabello como a ella le gusta, sintiendo como va quedándose dormida, aunque no sé cómo lo logra, está de pie.-¿Te acompaño a tu habitación?-Pregunto en un susurro.
-¿Puedo quedarme contigo un rato?-Pregunta mirándome a los ojos.
Esta cansada, pero aun así quiere estar conmigo y no hay nada que me haga mas feliz que eso.
-Claro que sí-Digo acariciando su mejilla con ternura-Vamos a mi habitación-
Ella va caminando casi sonámbula, lo cual me parece muy tierno y graciosos al mismo tiempo.
Sostengo su mano con una ligera fuerza mientras avanzamos con tranquilidad en dirección a mi habitación. Ella no dice nada, así que yo solo me dedico a asegurarme de que mi reina no vaya a caerse.Ya en mi habitación, sin prender la luz, la ayudo a recostarse en mi cama, luego la cubro con las cobijas mientras ella observa mis movimientos con los ojos apenas abiertos. Me recuesto a su lado y la observo de nuevo.
-Estas muy cansada-Digo.
-¿Se me nota?-Pregunta curiosa.
Me rio.
Claro que se nota, mi preciosa chica parece una niña que todo el día se la pasó correteando.
-Sí, preciosa-Digo apartándole del rostro mechones de cabello.
-Me gusta que me llames así-Susurra con timidez.
Le sonrió y acaricio su mejilla. Mi preciosa chica se deja llevar por mis caricias.
-Mañana regresaré con mi abuela-
Ah sí, mañana es viernes.
-Quieres decir hoy-Corrijo mirando la hora en el reloj que se asoma por la espalda de mi chica.
Se ríe bajito, siento la tristeza que la invade, y yo comparto ese sentimiento. No quiero que se vaya, quiero que se quede conmigo por el resto de nuestros días, así todo será mejor para ambos.
Estar lejos de ella no es algo que me guste, porque a cada momento quiero estarla cuidando, aunque su padre ya no esta para preocupar a nadie, de todas maneras, ella es una mujer buena y cualquiera podría querer aprovecharse de ella, de mi chica.
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Sin Mirar Atrás...
RomanceEsta es una historia un tanto complicada, pero aun así, llena de ternura y discusiones. Esta novela se basa en la versión de Theo James; un hombre de negocios, con mucho dinero. Su familia lo desprecia, o mas bien la mayoría. Él encuentra a su ver...