Capítulo 18.

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Luego de que atendieran a Rose, me quede sentado junto a su camilla esperando que despertara, aun no entendía nada, la situación era tan extraña no entendía nada. Cuando la vi que abrió sus ojos, parpadeaba como intentando ubicarse y recordar que había pasado.

- Rose.

Al escuchar mi voz, volteo y me miro a los ojos.

- Hola. Contesto con voz gruesa.

- ¿Cómo te sientes?

- Tengo el cuerpo raro. Estoy un poco adormida

- La doctora te suministro un analgésico para el dolor. No tenías buen aspecto cuando te trajimos.

- No me acuerdo de eso. ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?

- Unas pocas horas.

- Parecía resistente, tenía pinta de no ceder. En su rostro pude ver que comenzaba a recordar lo que había sucedido. – no me duele nada

Negué con mi cabeza.

- No, porque no estas herida de gravedad

Vi en su mirada que estaba recordando lo sucedido.

- Estas seguro de eso? ... recuerdo como se me doblo el pie, debería habérmelo roto o al menos tener una buena torcedura. Intento incorporarse y de inmediato corrí a detenerla.

- Ve con cuidado. Tal vez tengas bien el tobillo pero tú todavía estas desorientada.

De nuevo intento incorporarse esta vez con más cuidado. Se sentó en el borde de la cama mirando su tobillo.

- Bueno tuve suerte. Me habría perdido unas cuantas prácticas de haberme hecho daño.

Sonreí ante su comentario, eso ya lo sabía, en el trayecto a la enfermería parecía totalmente fuera de sí, repitiendo eso.

- Lo sé, no dejabas de decírmelo mientras te traía hasta aquí. Parecías muy perturbada. Le dije con sinceridad, la vi sorprenderse un poco con mis palabras y creo saber el porqué.

- Tú ¿me trajiste hasta aquí?

- Una vez que rompimos el banco y te trajimos hasta aquí. Quedo pensativa por un momento.

- Eh sido derrotada por un banco. Dijo casi llorando, su comentario me causo cierta ternura, mi ruda y pequeña Damphir.

- ¿Qué?

- He sobrevivido a todo un día como escolta de Lissa y ustedes dijeron que había hecho un buen trabajo. Luego, vuelvo aquí y me encuentro con la horma de mi zapato en forma de banco, ¿te haces idea de lo embarazoso que resulta? Y lo vio toda esa gente.

- No fue tu culpa, el banco estaba podrido nadie lo sabía a simple vista parecía en buen estado. Ella es simplemente maravillosa y entendía que su orgullo se hubiera lastimado.

- Aun así no debí apartarme de la vereda como una persona normal, voy a ser el cachondeo de los demás novicios cuando regrese.

Era imposible no sentir cosas por ella, cuando refunfuñaba como una pequeña.

- Tal vez los regalos te levanten el ánimo. Eso llamo su atención de inmediato

- ¿regalos?

Le entregue una pequeña caja junto con una nota.

- Es del príncipe Víctor. Recordé cuando vino a entregárselo pero Rose aún estaba bajo el efecto del sedante.

∞ Academia de vampiros por Dimitri ∞  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora