Los imperios Kim del Norte y Kim del Sur han convivido en armonía por siglos, pero las envidias y ambición han acabado con eso, el imperio del Sur en conjunto al imperio Choi, Lian y Lee han acabado con el imperio del Norte convirtiendola en una sol...
Desde antes del matrimonio, se habia entregado al hermoso Minho, desde que se besaron, no hubo tiempo a odiarse, lo deseaba, y era deseada, Minho estaba locamente enamorado de su joven y bella esposa, aunque fuera pequeña, a diferencia de otra nobles con busto grandes y caderas pronunciadas, eso le repungnaba porque usaban eso para coquetearle a él y a su hermano, quien no miraba a nadie.
Taemin deseaba darle un hijo, pero antes queria sentir los placeres que sentia con su esposo, en un mundo desconocido y nuevo para ella.
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En una noche podia sentir sus sentidos ser inundados por la pasión de su bello esposo varias veces.
Minho... te amo... - susurraba mientras sintia que le tomaba las caderas con posesión.
Yo igual te amo Taemin - dijo entre jadeos - mi bella esposa... que hermosa eres bajo la luna...
La unica iluminación en el cuarto era la luna que reflejaba sus cuerpos desnudos y brillantes por el sudor. Minho la deseaba, la amaba mas que nada en este mundo, no le importaba que fuera plebeya, ahora era la princesa Choi Taemin, su princesa, su bella y joven esposa.
Minho, te prometo que te daré un hijo pronto - dijo acariciando su torso.
Taemin, no me tienes que prometerme nada, son los dioses quienes nos daran el milagro de un bebé - respondio el pelinegro - te amo y ademas eres pequeña, tal vez debes crecer, antes de tener un hijo... yo esperaré todo lo necesario hasta que me des un hijo...
Estoy tan feliz de que tu seas mi esposo - murmuro antes de dormirse en brazos de su hermoso esposo.
Tu eres el que me hace feliz - confeso cerrando los ojos y dandole un beso en la frente para quedarse tambien dormido.
