CAPÍTULO TRES

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Alexander- bien, habla.
- bien, si, lo conocí
Alfred- perfecto, y ¿como murió?
- ¿como? Bueno se desvaneció, pero si tu pregunta era ¿porque? Pues no lo se.
Alfred- no mientas Alice, él paso sus últimos momentos a tu lado deberías saberlo.

Me levante de donde estaba sentada, y tome aire, levante la mirada y les comenze a hablar sobre aquel día, todo lo que paso y como paso, no omiti nada al respecto.
Ellos me miran expectantes, incrédulos.

-ok, eso es todo.
Alfred- vaya, lamento haber sido rudo
- no importa, pero quiero saber que relación tienen con él?
Alfred- él nos adopto.
- a los tres?
Robert- así es, acaso no lo recuerdas? Dijiste que él viejo te devolvió tus recuerdos
- él lo hizo pero, por alguna razón me es difícil.

Alexander me miro, soltó un suspiro al aire, y me miro con lágrimas en los ojos, parecía que estaba a punto de llorar,pero no lo hizo se mantuvo fuerte,supongo que no es él momento.
Tratare de aliviar la tensión.

- asi que, si no ml recuerdo ustedes son mis sirvientes?
Robert- así es pequeña
- ¿harán lo que yo les diga?
Robert- si en teoría.
- aaaa que interesante jaja
Robert- planeas hacer algo perverso?
- tal vez a ustedes.
Alexander- vaya, sigues siendo una cretina.

De pronto todo vino a mi mente de nuevo, podía verme a mi en un jardín enorme junto a ellos, parecía que les hacia bromas o les estaba gritando, me divertía con ellos, las lágrimas se deslizaron por mi rostro, no podía evitarlo, aquel sentimiento de soledad nublo mi corazón, ellos se dieron cuenta de lo que pasaba, mis piernas temblaban, no podía seguir en pie por mas tiempo.

Robert- ¿Alice? ¿Estas bien? ¿recordaste algo?
- yo, recordé un día, en un jardín ustedes yo, reíamos.

Mis palabras son vagas, no tienen mucho sentido, mi vista comienza a nublarse y las pesadillas atacan de nuevo, pero ahora estoy sentada en una mecedora, viendo él vacío, Robert se acerca a mi y yo con un rostro de desconcierto le pregunto ¿nos conocemos? Se que eh roto su corazón se ve en sus ojos tristes, como podría olvidar a alguien tan importante?
Soy de lo peor.

Al despertar estoy en mi habitación, ellos se encuentran a mi alrededor, preocupados.

Robert- estas bien?
- ¿que me paso? ¿ que hago aquí?
Alfred- te desmayaste y estabas murmurando cosas
- eran cosas que me comprometieran?
Robert- jajaja claro que no pequeña.

Lo observe, de echo, nadie me había dicho así y él, me había comenzado a llamar así desde hace rato, bueno es cierto que mido 1.40 pero supongo que nadie había llegado tan lejos de un simple hola.

- oigan, chicos,
Alexander- si? Que pasa?
- hay algo que les puede parecer útil.
Alexander- ¿como que Alice?
- bueno les serviría saber donde enterré a Alfons?
Me miraron de inmediato, como si fuera algo increíble, se veían muy lindos con esa expresión en su rostro.
Robert- ¿¡hablas en serio!?
- si, creí que les haría bien saberlo y ahora que lo pienso me estoy arrepintiendo en serio.
Alfred- no no no Alice esta bien gracias, pero por hoy ya es suficiente, necesitas descansar de acuerdo?- sonrió y me puso una mano en la frente con ternura, después se alejo.
Robert- si pequeña quizá mañana, gracias por decírnoslo, nos vemos, descansa.

Salienron de la habitación, espere un momento para ver si no regresaban, así pues ne levante de la cama y comenze a estudiar, comí un poco y me duche, en aquel gran cuarto para mi sola, comenzaba a tener miedo, la noche se acerca, la hora en que los espíritus salen y atormentan a las personas, no quiero comenzar a escuchar las voces o las pisadas corriendo no quiero.

Mi pequeño gran zorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora