CAPITULO VEINTIDÓS.

24 4 1
                                    

El sombrerero, es solo una sombra que aparece en el campo de visión de personas con afinidad a las cosas sobrenaturales, normalmente son tranquilos, solo te observan detenidamente, al ver tu pánico solo desaparecen ...

Es muy simple, no puedo moverme, no puedo hablar, entonces estoy atrapada, el se acerca cada vez mas, trato de  no mostrar miedo y estar serena pero creo que eso no le gusta, comienza a gruñir y me toma del cuello, demonios  se supone que es una sombra no tiene materia... 

-sue...su..suelta...me-logre hablar pero supongo me va a ir peor, se abalanzo sobre mi, tenia un olor putrefacto- Ri...ri,,RIchard¡

lo llame, se supone que debe responder a mi llamado, entonces... salio con mi madre, maldición solo a mi me puede pasar esto... ya no puedo respirar, tomo a esa cosa de la cara y comienza a derretirse, entro en pánico y se alejo, se separo de mi y desapareció, no puedo creerle ni si quiera se como pude levantar el brazo pero lo que había en mis dedos era asqueroso, era negro y viscoso, decidí bajar a la cocina y guardarlo en algún frasco para cuando vuelva Richard.

pero para mi sorpresa el iba entrando.

-Regresaste pronto.

RIchard- ¿pronto? cariño son las 11 de la no... noche.-me miro detenidamente.

- Richard mira, encontré esta cosa viscosa, bueno en realidad la tome de un sombrerero.- esperen 11¡¡? no puedo creerle....

Richard- oh cariño tocaste a un sombrero... bueno hay veces que eso es posible pero no sabia nada de que fueran viscosos... dámelo- tomo el frasco y se acerco a mi oído- que valiente de su parte señorita mostrarse en ropa interior.

el calor subió por mis mejillas era obvio lo había olvidado, el pánico el terror y la confusión, todo eso izo que olvidara mi aspecto, me abrace a mi misma y subí corriendo a mi habitación, solo pude escuchar a Richard reír, valla humillación que acabo de pasar.

solté un suspiro al aire, con que las 11 eh... es demasiado tarde, tengo que dormir, descansar, mañana hay clases y debo hablar con personas estúpidas... y bueno, pasar un día sin Alfred, ¿que pasara? ¿preguntaran por el? ¿lo olvidaran? quisiera saber que procederá.

me quede dormida, no se como ni cuando pero descanse demasiado bien, desperté, las 4:30 de la mañana, tome una ducha, me vestí y baje a la cocina.

no hay nadie, ni el desayuno, o tan siquiera el irritante de Richard, es muy silencioso, bueno no es nada raro, así vivía antes... ¿que me pasa? debo dejar estos sentimientos atrás, y continuar con mi carácter. 

me dirijo a hacer algo para desayunar, tal vez un cereal o un licuado, quizá solo una fruta, no lo se, no es como que tenga mucho para escoger, aaaa creo que haré un licuado de cereza,

al tomar el frasco donde se encontraban Richard tomo mi hombro y me asuste que tire al suelo el frasco y se rompió en pedazos... rayos

- demonios Richard no me asustes así¡¡¡

Richard- lo siento señorita no creí que se asustara con facilidad

- agh, no importa- me agache para levantar los vidrios

Richard- no déjalo ahí yo lo recojo por ti,

- no hace falta yo lo tire y se hacer las cosas, no soy una niña inútil.

Richard- hey hey hey, tranquila Alice, estoy a cargo de ti, debo ver que no te hagas daño, es obvio que no eres una niña inútil eso es claro cariño pero hay ocasiones en las que debes dejar que los demás hagan las cosas por ti.

- estupideces Richard, si yo puedo hacer algo perfectamente entonces no veo la necesidad de que alguien mas lo haga- tome todo los pedazos y los tire ala basura,- no es necesario molestar a los demás si yo puedo hacer algo, si soy capaz de hacerlo entonces no necesito a alguien, siempre a sido así, y así seguirá siendo.

Mi pequeño gran zorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora